Cuando a Leguizamón lo llamaron Carlos Saúl, en pleno abril de 1990, la presidencia de su tocayo estaba en sus albores. Nadie sabía que ambos, más adelante, serían acusados de ladrones y encubridores.

Hoy, aquel niño que con su nombre homenajea al difunto mandatario tiene 34 años y fue intensamente buscado por haberse escapado de la policía en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA). Desde hace poco más de un mes hasta este lunes a la noche había estado detenido en la Alcaidía Penitenciaria Nº 44 de Batán, por orden de la fiscal de Flagrancia María Isabel Sánchez.

Según pudo saber LA CAPITAL tras consultar fuentes judiciales, la investigadora lo había imputado en una causa penal caratulada “Encubrimiento” y “hurto”, después de que personal de la comisaría cuarta lo apresara el 25 de enero en plena comisión de dichos delitos. Sin embargo, aún no pesaba sobre Carlos Saúl Leguizamón un dictamen de prisión preventiva.

En tren de definir su situación procesal estaban la fiscal Sánchez y la jueza de Garantías Lucrecia Bustos cuando el recluso decidió fugarse. Y lo hizo de una forma inimaginable: dijo que le dolía un oído porque una cucaracha se le había introducido en él y pidió que lo llevaran al hospital.

La magistrada concedió el traslado y dispuso que un grupo de policías lo fuera a buscar a la cárcel. Sin embargo,, cuando llegaron allí los efectivos tomaron conocimiento de que Leguizamón se hallaba en Tribunales, donde debía comparecer ante la Justicia. Entonces, se requirió que se presentara a buscarlo allí un escuadrón de la seccional antes mencionada para, finalmente, evitar su regreso al penal y conducirlo directamente al HIGA, nosocomio escogido para su atención médica.

La diligencia fue llevada adelante y el recluso pasó la tarde de este lunes entre la guardia del establecimiento sanitario y la Unidad de Pronta Atención (UPA) Nº 13, emplazada enfrente. Los profesionales lo derivaron entre una y otra dependencia hasta que, en medio de un acto que ahora será investigado para determinarse si fue propio de negligencia o complicidad, el policía que lo custodiaba se distrajo.

Entonces, Leguizamón logró deshacerse de las esposas que llevaba colocadas y salió corriendo hacia la avenida Juan B. Justo, por donde todos lo perdieron de vista. En ese momento, a uno de los uniformados que participaba del operativo le dio un ataque de asma, por lo que tuvo ser asistido por los mismos médicos del hospital.

El insólito episodio fue comunicado al fiscal de turno, Alejandro Pellegrinelli, quien inició una nueva causa caratulada “Evasión”, pasadas las 21 de este lunes. Personal de todas las fuerzas buscó al prófugo en distintas zonas de la ciudad y finalmente lo recapturó este martes al mediodía.

En el mismo contexto, como se indicó previamente, se dispusieron actuaciones para establecer cómo fue el accionar de los policías intervinientes en el operativo y conocer si existió complicidad o negligencia de su parte.