CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
La Ciudad 1 de octubre de 2018

Cáritas advierte que se multiplican las personas que no tienen para comer

La demanda alimentaria en sus más de cien centros en la ciudad no para de aumentar. Asiste de manera directa a unas 800 familias, lo que se traduce en unas 3.500 personas por día.

El dato de que la indigencia se duplicó en la ciudad respecto del mismo periodo del año pasado (pasó de 2,3% al 4,9%, según datos provistos por el Indec) impactó pero no sorprendió a las iniciativas solidarias que asisten todos los días a personas que no tienen para comer.

Así lo confirmó a LA CAPITAL el director de Cáritas Mar del Plata, Roberto Benzo, quien aseguró que la demanda alimentaria en los más de cien centros que la Iglesia Católica tiene en la ciudad aumenta día a día. “Con toda sinceridad podemos decir que no nos sorprendieron los números porque es una realidad que verificamos a diario en nuestras Cáritas parroquiales y, particularmente, en aquellas ubicadas en zonas más desfavorecidas, en las cuales hemos tenido un aumento en la demanda alimentaria como pocas veces antes”, graficó.

Si bien aún no cuentan con una comparación interanual de la cantidad de personas asistidas, Benzo destacó, a modo de muestra del panorama que se vive, que “por primera vez” han tenido que solicitar alimentos a Provincia. Esto, según él, solo se explica por una razón: “Las familias el año pasado eran menos y sobre todo la demanda espontánea era menor”.

Lo habitacional y el hambre

En el Hogar de Nazaret, parador para gente en situación de calle que cuenta Cáritas desde 2007 en Balcarce 5036, el aumento de la indigencia en la ciudad tampoco los tomó por sorpresa.

Abierto los 365 días del año, y con una capacidad máxima para 60 personas (50 hombres y 10 mujeres), sus administradores se ven, en ocasiones, obligados a poner colchones en el piso para estirar la capacidad para unas 10 personas más.

“Usualmente el hogar tiene dos ‘temporadas altas’, y estas son una en pleno invierno y luego, en el verano; pero ahora, llegando a octubre, seguimos funcionando a nuestra capacidad máxima”, señaló.

Por otra parte, para quienes le ponen cara y voz a los números fríos de las estadísticas, a la preocupación por la gente que no cuenta con un techo donde dormir se les suma, y cada vez con mayor frecuencia, aquellos que sí tienen donde pasar la noche pero no qué comer.

“Esto se verifica en una pastoral prima nuestra de Cáritas, que es la Noche de la Caridad, que ya no sólo está registrando personas en situación de calle, sino familias enteras que no tienen la posibilidad de tener un plato de comida en su mesa. Esas personas que tienen un lugar donde estar y donde dormir, pero no tienen para poder comprar los alimentos”, señaló Benzo.

Más viandas diarias

Olga Paravizini, una de las responsables de La Noche de la Caridad, iniciativa que reparte viandas calientes de manera desinteresada a personas en situación de calle desde 2001, advirtió la gravedad de la situación: de las 280 viandas diarias que usualmente entregaban pasaron, a partir del año pasado, a 300 y, ahora, a la elaboración de unas 340.

Además, respaldó lo destacado por Benzo al señalar que reciben la “misma gente en situación de calle que antes”, lo que aumentó fue la cantidad de personas que se acercan por un plato de comida.

“Por ahí no están en situación de calle, pero no tienen para comer; muchos vienen de barrios alejados a buscar viandas para la familia”, indicó.

Para Paravizini la realidad “es realmente muy dolorosa” porque “no son cifras, son personas”. “Tenemos que hacer todo lo posible para que esto cambie, pero no sólo a través de la asistencia, que no deja de ser un parche, se tienen que generar puestos de trabajo y políticas para que esta gente salga de esa situación”, señaló.

En la misma línea se pronunció Graciela Calvo, quien gestiona Casa Fraterna, espacio ubicado en Gorriti 350, de barrio Los Pinares, que todos los mediodías de lunes a viernes prepara viandas para las personas del barrio.

“No se duplicó la demanda, pero sí tuvimos una suba importante. Hace cinco años, por ejemplo, hacíamos 400 viandas diarias y, ahora, unas 550”, señaló, asegurando que, en ocasiones, el monto llega a alcanzar las 600.

Pese a reconocer que la situación a veces “se va de las manos”, Calvo se mostró agradecida por el acompañamiento que recibe por parte del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, ya que en el establecimiento también realizan talleres educativos y culturales para niños y adultos.

. La ley del buen samaritano y la donación de alimentos

Desde mediados de año se encuentra pendiente en el Senado la aprobación a la modificación del artículo 9 de la ley del buen samaritano, que delimita la responsabilidad civil y penal de a aquellas personas que eligen donar alimentos.

El proyecto ya había sido aprobado en noviembre del año pasado por la Cámara Alta, pero una modificación en Diputados a mediados de año provocó el retorno del mismo, sin avances concretos desde entonces.

Según señaló Roberto Benzo, director de Cáritas Mar del Plata, “ese artículo simplemente lo que hace es decir que el donante que ha donado un alimento en buen estado y cumpliendo con todas las normas bromatológicas, cesa su responsabilidad al momento de la donación. La ley actual no contiene esa previsión, por lo tanto el donante es responsable hasta el último minuto de lo que pase con ese alimento, pese a que éste desconoce el cuidado posterior que se realiza, ya sea por la cadena de frío o la manipulación”.

CALLE 04

“Eso -señala- hace que muchísima gente que está en disposición de donar no lo haga”.

Para Benzo, con la sola modificación de ese artículo, “se multiplicaría geométricamente la donación de alimentos”.

“No es posible pensar que en nuestro país pueda haber gente con hambre. Y no es simplemente un slogan o una frase, porque parece no haber voluntad política para buscar las soluciones adecuadas. El papa Francisco ya lo dijo: “Los alimentos que se tiran, son alimentos que se roban de la mesa de los pobres”, cerró.