Carácter, juego, defensa y eficacia
Quilmes le dio una paliza a Gimnasia de Comodoro Rivadavia. Omar Cantón (20 puntos y 8 rebotes) y Mateo Bolívar (18 puntos) fueron los más destacados.
Luciano Tantos, aquí entre Dwight Lewis y Eloy Vargas, tenía todos sus puntos reservados para una ocasión especial.
por Marcelo Solari
En una actuación formidable desde el juego y la actitud, con un rendimiento colectivo sobresaliente, Quilmes le propinó una dura derrota a Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia, al que superó por 94 a 71, en una nueva jornada del Torneo Súper 20 “Alfredo Miño” de básquetbol.
Acaso la mayor virtud de Quilmes fue haber tenido las herramientas para revertir un comienzo absolutamente desfavorable. Gimnasia fue dueño de las acciones en un arranque 9-2, con un dominio abrumador de Eloy Vargas en la pintura. A los 3 minutos, Javier Bianchelli pidió su primer tiempo muerto. Y tras la interrupción, sin cambios de nombres, sí hubo cambios de posturas. El “tricolor” retornó más agresivo en defensa, también para atacar el aro, pasó a controlar la lucha por el rebote y sacó de eje a su oponente.
Con un fantástico Omar Cantón (10 puntos en el primer segmento), el local estampó una racha de 13-0 para pasar a ganar 15-9 en poco más de 3 minutos. Un vuelco sorprendente, respaldado por la gestión atrás y la eficacia adelante que le permitió anotarle 25 puntos en un cuarto a una de las mejores defensas del certamen.
Quilmes volvió, tras el descanso corto, igual de enfocado. Con mucho cuidado para proteger su zona interior aún a riesgo de desproteger el perímetro, ya que los patagónicos no llegaban con buenos porcentajes desde la larga distancia.
Le salió todo muy bien. Porque además, en el aro de enfrente tuvo paciencia y precisión para encontrar los resquicios para habilitar a los internos. Cuando descansó Cantón, la posta la tomó igual de eficaz Eduardo Vassirani. La brecha entre ambos se estabilizó en el orden de los 9/11 puntos en favor de los marplatenses.
Sin embargo, superada la mitad del segundo capítulo, Quilmes abandonó la idea de abastecer a los hombres situados cerca del canasto, apostó al tiro exterior y no tuvo puntería. De a poco, con Vargas retornado a la cancha y nuevamente importante, Gimnasia comenzó a reducir el margen (32-26 a 4 minutos de llegar al entretiempo).
Entonces, los de Luro y Guido retornaron a las fuentes. Recobraron la paciencia, volvieron a pasarse el balón con criterio y Luciano Tantos anotó su segundo triple de la noche (ayer convirtió sus primeros puntos con la camiseta de Quilmes). La máxima llegó a ser de 15 puntos (43-28), capitalizando todas sus opciones de contraataque y con un prolijo manejo de la pelota (apenas 3 pérdidas en los primeros 20 minutos).
Como era de esperar, Gimnasia intentó bajarle el ritmo al partido cuando se reinició el pleito. A todas luces, intercambiar posesiones en velocidad no era el terreno más conveniente. Pero Quilmes no quería saber nada de eso. Al contrario, cada vez que pudo partió raudamente hacia el otro lado. Y cuando le tocó jugar estacionado, sacó réditos del pase extra. Incrédulo, el público en el Polideportivo disfrutaba de una noche casi perfecta. El éxtasis llegó a los 6 minutos del tercer cuarto, cuando el resultado reflejó la máxima ventaja: 65-46.
Entonces, Gimnasia propuso una defensa zonal, aisló a los grandes de Quilmes que fueron perdiendo presencia, invitó a su rival al tiro abierto y la estrategia le reportó dividendos inmediatos. El local falló repetidamente desde lejos y, en su propia mitad de campo, se complicó con las faltas personales. Los patagónicos descubrieron el negocio, insistieron en la pintura, transformaron a Vargas en una figura consular y principal sostén de las ilusiones de su equipo.
El visitante logró su objetivo de cerrar el penúltimo cuarto en partido (a 11 de distancia). Las cuatro faltas acumuladas por Cantón y Vassirani presagiaban problemas serios. Gimnasia fue erosionando una y otra vez la ventaja construida por el “tricolor” y amenazó al situarse a 8 (69-61), todavía con 8 minutos en el reloj.
Pero después de un fallido intento de volcada de Vargas, salió raudo el contraataque y Mateo Bolívar (hasta allí apagado) clavó un triple a la carrera que le devolvió a Quilmes el control. Y desde allí hasta el final, fue un recital de los de Bianchelli, con jugadas lujosas que incluyeron pases sin mirar, fajas y puntos. Y la fiesta fue completa con los pibes más pibes dentro de la cancha.
Síntesis
Quilmes 94
L. Tantos 15, L. Ortiz 13, M. Bolívar 18, S. Morales 15 y O. Cantón 20 (FI). E. Vassirani 10, V. Fernández 3, M. Maciel 0, A. Lecona 0, F. Arraiz 0, L. Núñez 0, J. Echagüe 0. DT: Javier Bianchelli.
Gimnasia (CR) 71
L. Pérez 6, D. Lewis 10, S. Vega 4, F. Giorgetti 2 y E. Vargas 28 (FI). D. Romero 3, J.M. Rivero 13, M. Buendía 2, Y. Mencia 3. DT: Martín Villagrán.
Estadio: Polideportivo Panamericano “Islas Malvinas”.
Arbitros: Daniel Rodrigo, Alejandro Zanabone y Javier Sánchez.
Parciales: 25-16, 48-34 y 67-56.