En el segundo trimestre de 2017 aumentó la participación de las mujeres y disminuyó la participación de los varones respecto a igual trimestre de 2016. Este fenómeno es típico de los momentos en los que disminuyen los ingresos familiares, en un contexto donde la tasa de desocupación de los jefes de hogar creció un 61%.

Días atrás el INDEC publicó las tasas básicas del mercado de trabajo correspondientes al segundo trimestre de 2017.

Mar del Plata nuevamente se ubicó a la cabeza del ranking nacional en la tasa de desocupación (11.9%), en la tasa de subocupación por insuficiencia horaria (15.7%) y en tasa de ocupados demandantes de empleo (25.7%).

Si comparamos estos resultados con los valores registrados en el mismo trimestre del año pasado, encontramos que los dos primeros indicadores alcanzaron un nivel similar.

Sin embargo, el tercero -la tasa de ocupados demandantes de empleo- creció en 5,6 puntos porcentuales, lo que evidencia un fuerte aumento de la presión en el mercado de trabajo por parte de la población ocupada.

Si bien la evolución interanual de los niveles de actividad, empleo y desocupación resultó estable, lo cierto es que en el último año se produjeron cambios en la composición por sexo en esos indicadores.

Esto se da en aquellos momentos en que un integrante del hogar (varón) queda desocupado y otro integrante (mujer) sale a buscar trabajo para cubrir los ingresos del hogar.

En este sentido, un primer indicio para sostener esta afirmación es la situación y el comportamiento en el mercado de los jefes de hogar.

En la comparación interanual para este grupo se observa que disminuye la tasa de empleo (pasa del 58,5% al 56,5%) y aumenta la tasa de desocupación en un 61% (pasa del 5,7% al 9,2%).

La pérdida del puesto de trabajo del jefe de hogar representa sin dudas una pérdida importante de los ingresos familiares, y es frente a este escenario en el que otros miembros del hogar que no trabajaban ni buscaban trabajo, se incorporan a la población económicamente activa, ya sea como ocupados o desocupados.

En efecto, al comparar la evolución de las tasas de actividad, empleo y desocupación por sexo los resultados confirman este fenómeno.

En el caso de los hombres, las tasas de actividad y de empleo disminuyen, y la de desocupación aumenta.
Mientras que en las mujeres ocurre lo contrario, aumenta la actividad y el empleo y disminuye la desocupación (ver tabla).

Esto es lo que se conoce en la jerga económica como la participación contracíclica de las mujeres en el mercado de trabajo, es decir, que en los momentos en que no alcanzan los ingresos del hogar, las mujeres que no se encontraban realizando un trabajo remunerado, se incorporan en el mercado para morigerar la pérdida de ingresos.

Sin embargo, esa participación es por lo general en actividades por cuenta propia, de baja remuneración, inestable y no registrada, es decir, en empleos precarios y del sector informal.

Este proceso ya se viene manifestando desde el cuarto trimestre del 2016, momento en que la tasa de desocupación de los hombres llegó a superar a la de las mujeres.

Recordemos que esta situación en que se invierten las tasas de desocupación no se registraba en Mar del Plata desde la crisis económico-social de 2001-2002.

La diferencia es que en ese momento los valores superaban el 20% para ambos sexos y que además se venía de una década con un continuo crecimiento de la participación de las mujeres en el mercado para cubrir los cada vez menores ingresos familiares.

*Dr. en Ciencias Sociales y Humanas, Lic.en Economía. Director del Grupo Estudios del Trabajo de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (UNMdP).