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Deportes 4 de noviembre de 2016

El campeón Marcos Siebert fue ovacionado en su regreso a la ciudad

"Ganarle a un Schumacher tuvo un sabor especial", le dijo a LA CAPITAL el joven de 20 años que se consagró en la Fórmula 4 Italiana.

Nueve meses después volvió a su ciudad. Y con el título deseado -y soñado- en sus valijas. Por supuesto, el retorno de Marcos Siebert a Mar del Plata no pasó inadvertido y tuvo ayer el recibimiento que claramente merecía.

En la emblemática rotonda de Ruta 2 y Constitución, el flamante campeón de la Fórmula 4 Italiana fue destinatario e una cálida recepción tributada por sus padres, distintos familiares, amigos, allegados al deporte motor y, también por la prensa marplatense.

No faltaron los fuegos artificiales, regalos, dedicatorias, y obviamente, decenas de besos y abrazos de sus seres queridos.
“Estoy recontento. No puedo creer toda la gente que vino a recibirme. Estoy más que feliz. Los extrañé un montón a todos así que ahora los voy a disfrutar un poquito, es tiempo de estar un rato en casa y descansar”, le dijo el talentoso piloto a LA CAPITAL.

Claro que eso no va a ser tan así, porque ahora se abrieron numerosas puertas y será cuestión de poder capitalizarlas. La semana que viene será recibido por el Secretario de Deporte de la Nación, Carlos Javier Mac Allister, y hacia fines de estes mes tendrá otro enorme desafío: tres días de prueba en la GP3, categoría que comparte cartelera nada menos que con la Fórmula 1.

Consultado sobre la forma en que logró afrontar la situación de permanecer tanto tiempo alejado de su casa, Siebert aseguró sin dudar: “No fue fácil, para nada. Pero me apoyé en mi sueño, en la motivación de ganar y obtener resultados”.

La segunda carrera del último domingo, que finalmente determinó su consagración, tuvo un ritmo frenético en un autódromo ideal para exprimir al máximo la capacidad de los monopostos de la F-4, que tienen potencia elevada y muy bajo peso.
“Monza es el tempo de la velocidad. La única forma de correr ahí es yendo a fondo. Fue lo que hice y me salió bien.

Arriesgué mucho, es verdad, pero cuando uno está arriba del auto, mano a mano con su máximo rival, tiene que tomar decisiones en fracciones de segundo. A veces sirve y a veces no. En este caso, salió todo redondo”, se alegró Siebert.
Más allá de la importancia de un título en Europa, algo muy poco frecuente para pilotos argentinos, el logro del marplatense que se inició en el karting zonal tuvo una reperecusión mucho mayor porque le ganó en la lucha por el título a Mick Schumacher, hijo de Michael, el legendario siete veces campeón de la Fórmula 1.

“No puedo mentir, ganarle a un Schumacher tuvo un sabor especial. La motivación de pelear contra él era mucho mayor por tratarse del hijo de uno los mejores pilotos de la historia y por toda la estructura que tiene atrás”.

Luego de recibir el afecto de todos los que lo esperaron en la rotonda, Siebert saludó muy especialmente a Marcelo Cardellino, titular de Open Sports, principal patrocinante del piloto marplatense, y luego la caravana, con autobomba del Cuerpo de Bomberos incluida, continuó rumbo al Palacio Municipal, donde Siebert fue agasajado por el intendente Carlos Fernando Arroyo.