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Policiales 27 de agosto de 2024

“Buscá la plata, dale que se pica”: dos condenados por un violento asalto

Iván Alejandro "Tete" Acosta (25) y Javier Gustavo Tapia (29) acordaron una pena de 6 años en un juicio abreviado, por el robo en una casa de Sierra de los Padres en noviembre de 2022.

Dos jóvenes, de 25 y 29 años, fueron condenados a 6 años de prisión por el Tribunal N° 6 por haber participado de un violento asalto a punta de pistola a una familia en su casa del barrio El Coyunco de Sierra de los Padres.

En un juicio abreviado, el juez Roberto Falcone condenó a Iván Alejandro “Tete” Acosta (25) y Javier Gustavo Tapia (29) por el delito de “robo cuádruplemente agravado por su comisión en poblado y en banda, con efracción de vivienda habitada, por el uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no se ha podido acreditar y por el empleo de arma a modo impropio”.

Además, en la sentencia, el juez Falcone tomó como agravantes la circunstancia de haberse llevado a cabo el robo en horas de la noche, ya que eso les permitió contar con mayor sorpresa, así como también con mayores posibilidades de fuga.

Además, tal como lo habían planteado desde el Ministerio Público Fiscal, Falcone entendió que fue un agravante la excesiva violencia desplegada por los cuatro delincuentes que actuaron -Acosta, Tapia, un cómplice que fue condenado previamente y otro que se encuentra prófugo-, ya que estaban armados y golpearon al dueño de la casa en la cabeza, ocasionándole un corte y sangrado, y la circunstancia de que rompieron con un pico la puerta de acceso, mientras las víctimas desde adentro de la vivienda ejercían fuerza para evitar el ingreso.

Por estos motivos, y ante la abundante carga probatorio, es que Acosta y Tapia decidieron reconocer su culpabilidad y arreglar la pena, de 6 años de prisión, en un juicio abreviado.


—Buscá la plata, dale que se pica


En 16 de noviembre de 2022 una familia vivió una madrugada de terror en su casa del barrio El Coyunco, de Sierra de los Padres. Cuatro delincuentes armados rompieron con un pica la puerta de ingreso de la vivienda y entraron al lugar, una vez dentro amenazaron a las víctimas, las golpearon y les robaron 75000 pesos y elementos de valor.

Cerca de la 1 de la madrugada, el dueño de la casa escuchó torear a su perra, que dormí dentro, por lo que le dijo a su hijo de 18 años que la sacara al patio, que seguro había alguien afuera. “Tienen armas, tienen armas”, gritó el joven mientras cerraba la puerta y, junto a su padre, ambos se apoyaron para trabarla y darle vuelta a las llaves.

“Abrí que tiramos todo”, gritó un delincuente del otro lado, quien utilizó un pico que halló afuera para comenzar a romper la puerta. Una vez que se logró esa abertura, otro de los asaltantes metió la mano en la que llevaba un arma de fuego y, a ciegas, amenazó a las víctimas.

De tanto empujar y pegarle a la puerta, los ladrones la rompieron, doblaron la cerradura a golpes y entraron a la casa: eran cuatro hombres vestidos de negro y armados. Uno tiró al joven al piso, otro agarró a la esposa del dueño de la casa y se dirigió a la parte de arriba, donde estaba su otra hija, de 14 años. El tercero de los delincuentes se ensañó con el hombre, lo atacó con la culata de la pistola y le pegó en la cabeza hasta hacerlo sangrar.

Por su parte, el cuarto sujeto se quedó de campana en la puerta. Los asaltantes desplegaron violencia desde el inicio, con golpes y amenazas. Dos de ellos se encargaron de revisar la propiedad en búsqueda de pertenencias mientras los otros lo custodiaban a él y su familia.

“Buscá la plata, dale que se pica”, gritó uno de los asaltantes. Las víctimas, sin posibilidad de defenderse y ante la violencia de los delincuentes decidieron entregarles 75.000 pesos. Además, los ladrones se llevaron un teléfono celular marca Motorola G22, bijouterie y una pinza.

En determinado momento, quien estaba como campana en la puerta les avisó a sus cómplices que ya estaba el auto listo. “Estos llamaron a la policía”, les dijo finalmente.

Dos de los delincuentes se dieron a la fuga por un descampado y los otros dos por el frente de la casa. La víctima reaccionó sin pensarlo y comenzó a correr a uno y vio a unos cien metros un auto en dirección hacia su casa, con
las luces apagadas. El delincuente subió al asiento de atrás del auto, mientras que el que manejaba intentó dar marcha atrás. Sin embargo, como el auto no se movía, dos de los ladrones bajaron y se fueron corriendo.

El auto, un Volkswagen Voyage se puso en marcha, pero justo llegó la policia, que lo interceptó a los pocos metros y detuvo al conductor, quien luego sería condenado.


Un celular y un DNI como pruebas


Allanamiento en el que detuvieron a Acosta.

Allanamiento en el que detuvieron a Acosta.

Seguramente “Tete” Acosta y Tapia todavía se preguntan por qué fueron a cometer un violento robo a mano armada con pertenencias personales con las que podían ser identificados y, sobre todo, cómo podía ser que se les hubiesen caído durante el escape.

Si bien los policías solo habían podido detener en el lugar a uno de los cuatro delincuentes, en el auto Volkswagen Voyage la policía halló un documento nacional de identidad (DNI) con el nombre de Iván Alejandro Acosta y un celular que resultó ser de Javier Gustavo Tapia. Pruebas que fueron fundamentales para demostrar la participación de ambos.

Acosta estuvo prófugo, sabía que se había dejado su DNI, por lo que optó por no volver a la casa de sus padres, ya que en el plástico figuraba esa dirección. En una charla con un amigo, le contó que había participado de un robo que había “salido mal”, ya que tenían la información de que se trataba de una casa vacía, pero que al final había gente y tuvieron que irse corriendo. En ese contexto, contó, atraparon al chofer y él perdió su billetera con su documento.

Además, también explicó en esa reunión, quedaron los teléfonos de los otros que fueron al robo en el auto y también contó que sé volvió caminando hasta Mar del Plata y que a las armas las habían tirado en un campo.

 

El 27 de diciembre de 2022 Acosta fue detenido en un allanamiento realizado por la DDI y desde entonces permanece detenido. Tapia, en cambio, logró evadir a la Justicia un tiempo más, pero finalmente también fue arrestado.