En todos los países del mundo se distingue una misma problemática en los establecimientos educativos: muchos niños, niñas y adolescentes sufren acoso o agresiones por parte de otros compañeros, lo cual afecta a su bienestar, desarrollo y el ejercicio de sus derechos y responsabilidades.
Este tipo de violencia, conocida como “bullying”, constituye una forma de discriminación entre pares por determinadas características o forma de vida y se manifiesta de diferentes formas que se repiten reiteradamente. Además, con el auge de las tecnologías de comunicación e información y, en consecuencia, de las redes sociales, también han proliferado nuevos tipos de maltratos, como el cyberbullying y la exposición de imágenes o información privada.
Al igual que todas las problemáticas que envuelven a los más chicos, sus causas deben entenderse y explicarse dentro del ámbito familiar y comunitario. Es decir, aquellos que agreden han vivenciado o aceptado la violencia como parte de la socialización con sus pares. Es por esta razón que se evidencian efectos negativos tanto para quienes reciben estos maltratos como para los que los realizan. Así, se observa que el bullying puede conducir a la depresión, ansiedad, descontento con la vida o pensamientos suicidas. En ese sentido, según la Organización Mundial de la Salud, cada año cerca de 300 mil jóvenes de todo el mundo de edad entre los 14 y los 28 años se quitan la vida con motivo de esta problemática. Nuestro país no está exento de esta situación e, incluso, año tras año aumentan los casos denunciados sobre bullying: la ONG internacional Bullying Sin Fronteras evidenció que desde septiembre 2016 hasta septiembre 2017 se contabilizaron 2236 casos graves, mientras que en el mismo período comprendido entre 2017 y 2018 se observaron 2907; es decir, un 30% más.
A su vez, 12 de ellos terminaron en intentos de suicidio por parte de las víctimas. En la provincia de Buenos Aires fueron denunciados 587, siendo entonces el distrito con mayor cantidad de casos del país. Por esa razón, presenté un proyecto en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires que busca que el Poder Ejecutivo, en conjunto con otros organismos competentes, realice una campaña contra el bullying en la Provincia. Esta iniciativa tiene como objetivo abordar integralmente dicha problemática, abarcando tanto a los niños como con los adultos responsables de ello.
Asimismo, como el proyecto en cuestión también contempla la extensión de la campaña a los establecimientos educativos, se podrá trabajar con los grupos afectados, analizando la dinámica y el funcionamiento, su relación con los adultos y sus problemáticas individuales y colectivas.
El eje central de esta iniciativa es la difusión de las causas, las consecuencias y las formas de abordar esta problemática, tanto desde el ámbito familiar como desde el educativo.
Para erradicar completamente el bullying, los padres y los docentes deben saber cómo actuar frente una situación de esta índole, tanto con los chicos afectados como con aquellos que lo llevan a cabo. Para alcanzar este objetivo, el
Estado debe tomar los ejemplos de políticas públicas exitosas del mundo, las cuales aplicaron estrategias y metodologías concretas para evitar el acoso, la discriminación y la exclusión, promoviendo una convivencia de calidad y respeto, fortaleciendo la autoestima y enseñando a resolver conflictos de forma constructiva.
* Legislador provincial – Autor de proyecto de ley sobre bullying