El argentino Brian Castaño retuvo este sábado por segunda vez su corona superwelter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), al vencer por nocaut técnico al francés Cedric Vitu en el duodécimo y último asalto de una pelea celebrada en París.

El bonaerense, de 28 años, consiguió la definición a falta de un minuto para el final del combate y luego de un extenso castigo al peleador local, que en sus 48 presentaciones anteriores nunca había perdido por la vía rápida.

El árbitro panameño Gustavo Padilla no tuvo más remedio que parar las acciones, tras comprobar el estado del francés en los instantes siguientes a su primera y única caída en la noche parisina.

Castaño (67.300 kg.), ahora con un récord de catorce triunfos (11 por KO), fue absoluto dominador del combate y puso a su rival al borde del nocaut en el tercero, cuarto, quinto, sexto, octavo y décimo round.

Pero el francés, de 32 años, demostró una resistencia increíble y supo asimilar momentos de auténtica paliza para sostenerse en pie y llegar hasta la campana final, algo que el argentino no permitió por su ambición de precipitar el final de una pelea que ya tenía ganada por puntos.

Sólo el primer asalto del combate mostró paridad porque Vitu salió con una actitud dominante, que luego cambió por una postura algo más conservadora ante la prepotencia física del bonaerense.

Castaño, de 1,70 metros, ocho centímetros menor de talla, buscó siempre la pelea corta y arrinconó al francés contra las cuerdas en más de una ocasión, aunque sin poder conectar el golpe de nocaut.

Finalmente, el desmoronamiento de Vitu llegó por la acumulación de golpes que se registró desde el tercer asalto y representó un final más acorde para una pelea de evidentes diferencias.

El argentino había conquistado el título superwelter AMB en noviembre de 2016 cuando noqueó en seis asaltos al boricua Emmanuel de Jesús, en el Polideportivo Presidente Perón de González Catán, partido de La Matanza.

Y en julio pasado, el oriundo de Isidro Casanova había reaizado su primera defensa, tras imponerse con fallo dividido al francés de origen marfileño Michel Soro, en la ciudad de Evian.