El Ministerio de Transportes de Brasil canceló la subasta en la que ofertaría la licitación para la gestión y modernización del puente internacional de São Borja, que conecta al país con Argentina, por falta de interesados.

“La subasta del Puente Internacional São Borja-Santo Tomé, prevista para este viernes, fue cancelada debido a la ausencia de propuestas”, dijo la cartera en una nota enviada a EFE.

El Ministerio explicó que, por tratarse de “un proyecto pionero en Brasil”, realizará “un análisis técnico detallado” para identificar los factores que llevaron a cancelar la subasta e intentar superarlos en una futura licitación.

La concesión, cuyo vencedor se comprometería con inversiones por unos 99 millones de dólares, tendría una vigencia de 25 años.

Entre las obras y servicios de modernización del puente que estarían bajo la responsabilidad del concesionario estaban la construcción de nuevos carriles de acceso y de áreas para vehículos decomisados y estacionamiento de camiones, así como la instalación de un nuevo sistema de iluminación.

La concesión también contemplaba las operaciones fronterizas, garantizando una atención “eficiente” a los vehículos de carga, el apoyo a las operaciones aduaneras y las inspecciones requeridas por los organismos reguladores.

La subasta estaba inicialmente programada para el 7 de enero, pero fue suspendida por uno de los magistrados del Tribunal de Cuentas de Brasil (TCU) por presuntas “irregularidades” en el proceso.

La suspensión fue solicitada por la empresa Ponta Negra Soluções Logísticas e Transportes, una de las interesadas en el proceso, que señaló “inconsistencia de los datos de tráfico presentados” y una “alteración de los criterios de cualificación técnica” para los interesados en participar de la subasta.

La medida fue revertida a finales de ese mes por el plenario del tribunal, que argumentó que esa decisión debería ser tomada por la Comisión Mixta Argentino-Brasileña.

Con una extensión de 15,62 kilómetros, el puente conecta la ciudad brasileña de São Borja, en el estado de Rio Grande do Sul, con el municipio argentino de Santo Tomé.

El puente, resultado de un acuerdo binacional de 1989, es considerado por el gobierno brasileño como una vía “fundamental” para el comercio entre las dos naciones ya que por el mismo pasa actualmente cerca del 23 % del intercambio entre ambos países.