Bombos, bengalas y cánticos por el Último Primer Día de Clases
La modalidad de festejo comenzó a ser habitual hace aproximadamente dos años. Desde Inspección General aseguraron que hubo reclamos por ruidos molestos, pero hasta el momento no registraron hechos de vandalismo.
El domingo, a última hora, se reúnen en casas o salones de fiestas. Llevan alcohol, bengalas, banderas y cotillón. Todo parecería indicar que es un festejo de cancha, una fiesta o, incluso, una manifestación, pero la diferencia es que todos visten uniforme o guardapolvo y antes de que amanezca recorren las calles de la ciudad en dirección a su colegio. Así festejan en la ciudad y el país los jóvenes de último año de secundario, quienes festejan el ya conocido Último Primer Día de Clases (resumido en redes sociales con el hashtag #UPD).
Esta mañana no fue la excepción y el inicio de clases de los adolescentes se hizo sentir en Mar del Plata. Afortunadamente, y a diferencia de años anteriores, desde la Municipalidad aseguraron que “no se registraron hechos de vandalismo”, pero sí reclamos por ruidos molestos y disturbios en la vía pública.
“Hemos hecho un operativo en conjunto con diferentes áreas de la Municipalidad: Inspección General, Desarrollo Social con la Dirección de Niñez y Juventud y Policía Local para notificar a todos los salones de fiesta de que, si bien tienen la habilitación, se abstengan de alquilarlo a los menores de edad que, encubiertos en un supuesto festejo de cumpleaños, pueden estar consumiendo alcohol”, señaló Emilio Sucar Grau, titular de Inspección General.
Según señaló, el acatamiento de estos espacios fue “alto” como así también el cumplimiento de la ordenanza que prohíbe la venta de alcohol después de las 21, hecho que fue corroborado por el área correspondiente en un operativo de control “intensificado” a raíz de los antecedentes existentes en los festejos de estas características.
Así todo, Sucar Grau reconoció que “muchos optan por reunirse en casas particulares, y allí nosotros no tenemos injerencia”, con lo cual existieron “varios reclamos por ruidos molestos”.
Como era de esperar, estos reclamos provinieron de vecinos cercanos a instituciones educativas y en la zona de la costa, lugar que muchos grupos de adolescentes eligieron para “hacer tiempo” hasta el horario de entrada.
En cuanto a otros inconvenientes, el funcionario municipal señaló que “si bien todavía puede ser muy temprano, hasta el momento no hemos registrado hechos de vandalismo”.