Boca, con una formación alternativa, logró un triunfo de oro por la mínima diferencia sobre Banfield en condición de visitante y alcanzó transitoriamente la punta de la Zona A del Torneo Apertura de la Liga Profesional. El único gol lo hizo el joven defensor Lautaro Di Lollo.

Otra cosa fueron los merecimientos. Porque el resultado “xeneize” reluce, pero estuvo emparentado con la casualidad. El equipo de Gago jugó mal y, en varios pasajes, fue superado por un rival más combativo, entusiasta y atento para capturar las pelotas divididas.

Banfield fue más en un mal partido. Pero le faltó profundidad para convertir las opciones que tuvo. No demasiadas. Un cabezazo de Maldonado en el travesaño en el primer tiempo que luego fue amortiguado por el manotazo de Marchesín, siempre seguro. En el arranque del segundo tiempo, después de un desborde y centro atrás de Di Luciano, Bisanz levantó su remate desde buena posición. Esas fueron las más claras.

Los cambios de Gago no cambiaron gran cosa. Pero entraron titulares, como el chileno Carlos Palacios. Funcionamiento no había, pero sí la sensación de que cualquiera de ellos podía encenderse e inventar algo.
Y, después de un córner innecesario cedido por Pombo, a los 41′, Palacios ejecutó con precisión desde la esquina y Di Lollo metió la nuca entre dos centrales de Banfield y superó la estirada de Sanguinetti.

Enseguida, tras un error defensivo, Janson se demoró una eternidad y finalmente sacó un remate que pegó en el palo.

Boca, sin embargo, sufrió mucho el final del partido. Ayrton Costa, de sólida actuación, fue expulsado en el minuto final y, en tiempo de descuento, Marchesín tuvo una salvada providencial cuando Arturia se arrojó al suelo en el área chica para rematar un centro bajo llegado desde la derecha. El manotazo del arquero cuando se había pasado un poco con su cuerpo aseguró un triunfo vital antes del viaje a Lima por Copa Libertadores.