Boca venció nuevamente a River por penales, en esta oportunidad por Copa Argentina como en la vez anterior en la Liga Profesional, al alcanzar una victoria por 4-1 en la definición, luego de empatar 0-0 en el encuentro de octavos de final disputado anoche en el estadio Ciudad de La Plata.

Ahora, en cuartos, Boca se medirá con Patronato.

El frío y la niebla que empezó a bajar sobre el estadio platense apenas comenzado el encuentro pareció nublar las ideas de ambos conjuntos, especialmente de River, que distó mucho de ese nuevo perfil que le volvió a encontrar Marcelo Gallardo con los ingresos de Braian Romero y Bruno Zuculini.

Durante la primera media hora, River nunca encontró vertientes ofensivas como para generar situaciones de riesgo cerca del arco de Agustín Rossi.

Es cierto que en ese lapso la presión alta que ejercieron los dirigidos por Miguel Ángel Russo le quitaron espacios de creatividad a los “millonarios”, aunque al momento de recuperar la pelota en Boca tampoco había ideas para romper líneas en pos de la valla defendida por Franco Armani.

El único que sí lo consiguió en tres oportunidades fue Juan Ramírez, el recién llegado desde San Lorenzo que con esas acciones provocó las faltas y tarjetas amarillas de Enzo Pérez, David Martínez y Gonzalo Montiel.

Hasta que justo a la media hora Julián Álvarez, reemplazante del lesionado Matías Suárez, ganó por izquierda y lanzó un centro bajo, al centro del área, que Rossi alcanzó a rozar y descolocó a Braian Romero, quien no pudo empujar la pelota en la “boca” del arco.

El complemento fue otra historia. Sin tanta lucidez, igual River se hizo dominador y generó tres opciones de gol en los pies de Zuculini primero, bien controlada por Rossi, y Paradela y De la Cruz después, que se terminaron perdiendo junto al palo izquierdo y sobre el travesaño, respectivamente.

A Boca, en tanto, le quedó muy lejos el partido, y trató de suplir su ya constante carencia de fútbol con un despliegue en que la dinámica estaba puesta solamente al servicio de la recuperación, con la única excepción de Ramírez.

En la definición, Boca metió los cuatro y River apenas uno de los tres que ejecutó: Rossi se lo atajó a Alvarez y Romero desvió su remate. Así, Boca logró un gran impulso para el futuro, totalmente necesario ya que está afuera de la Libertadores y figura muy abajo en el inicio de la Liga Profesional.