Para muchos su crecimiento pasa desapercibido aunque hoy ya no hay país en el mundo en el que Bitcoin no esté presente. Diez años pasaron desde los primeros planteamientos teóricos acerca de esta criptomoneda y su desarrollo, en sólo una década, fue tan estrepitoso como sorprendente. Y lo continúa siendo.

Al menos una de cada dos personas escuchó en algún momento sobre la nueva moneda global y digital, y más de 25 millones la usan activamente. En Japón, por ejemplo, fue aceptada como medio de pago oficial en 2017 y nada menos que China anunció recientemente que promoverá la utilización de este tipo de tecnologías.

En Argentina, su presencia es evidente. La sociedad misma le dio lugar como medio de intercambio y ahorro. En las redes sociales y sitios de compras online pueden realizarse adquisiciones de todo tipo: desde un par de medias hasta costosas propiedades.

Ante esto, Mar del Plata no es la excepción. La constructora local “Beogroup S.A.” anunció en enero de este año que aceptará criptodivisas para la comercialización de sus propiedades. Asimismo, se supo que los hackers que secuestraron en febrero datos de la aplicación “Cuando Llega”, que informa el tiempo de espera de los colectivos en Mar del Plata y otras ciudades del país, pidieron que el rescate sea pagado en Bitcoins.

Pero no solo se aceptó a estos cripto-activos desde lo comercial, sino también como un desafío tecnológico. Numerosas comunidades formadas a través de las redes sociales, como Facebook, se conformaron con el propósito de compartir conocimiento, visibilizar problemas, trabajar para resolverlos y desarrollar nuevos servicios.

Puntualmente, ¿qué es un Bitcoin?: “Es una moneda estrictamente digital. Esto significa que no existe ni un billete ni otro bien tangible que la pueda representar”, explica el ingeniero en informática Ariel Podestá (37), quien integra InFo-Lab (un grupo de investigación en informática forense y sistemas operativos formado por representantes del Ministerio Público Fiscal, la Municipalidad y la Universidad Fasta).

La existencia y operatividad de las criptomonedas tiene vida en la informática a través de computadoras interconectadas por internet. Su valor no es directamente extraíble en algo físico (billetes) de una cuenta bancaria: solo puede transformarse en dinero a través de su venta. “A la primera lectura de estas características se tiende a desconfiar, acostumbrados al sistema financiero convencional”, menciona Podestá y enseguida aclara: “Pero hoy en día la mayor parte de las operaciones de montos significativos ocurren a través de sistemas informáticos. Entonces, en este aspecto, Bitcoin y los sistemas monetarios actuales son análogos”.

Características distintivas

Lo que realmente diferencia a Bitcoin en relación al sistema convencional es su implementación. A través de esta criptomoneda, el registro de todas las transacciones que alguna vez se efectuaron es compartido públicamente: esto quiere decir que cualquier persona, desde cualquier lugar del mundo, podría hacerse de una copia de este registro global. “Esto nos trae al menos dos grandes características distintivas”, dice el especialista.

La primera es que el control del sistema no está centralizado en una sola entidad, que tenga un dominio hegemónico de toda la información, validando o rechazando transacciones, según un régimen de normas. “Son los mismos participantes quienes por consenso controlan la validez de tales movimientos”.

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La segunda tiene que ver con la seguridad del sistema, la cual se robustece ampliamente. “Al día de hoy existen alrededor de 10.000 nodos (participantes activos de la red Bitcoin) y cada uno de ellos tiene una copia de dicho registro. Entonces, si un hacker logra adulterar la información de uno de ellos, habrá otros 9999 que entren en discrepancia con el mismo, desacreditando su información fraudulenta”.

Ventajas y desventajas

En este marco, se presentan ventajas y desventajas en el uso de Bitcoin. Una de ellas es que jamás existirán intereses usurarios por las transferencias realizadas ya que los montos están programados desde el inicio de esta tecnología. Dichos montos “consisten en un ínfimo porcentaje de lo que se envía de una cuenta a otra y no se modifica por ningún factor externo”, desliza el ingeniero en informática que lleva tres años estudiando el tema.

Otra de las ventajas es que trasciende los límites físicos de las naciones, no es local a ningún país. ¿Qué significa esto? Que no es necesario enviar Bitcoins a ningún lado para disponer de ellos en otro lugar. Los Bitcoins están “en la red”, un simple acceso a internet es suficiente.

Por otra parte, su valor no depende de la decisión de ninguna entidad. “Si bien es notable la fluctuación de su cotización, esto no depende de ningún organismo en particular, más que de la confianza de las personas en el mismo sistema”. Así, nadie podría ni podrá devaluar Bitcoin arbitrariamente como ocurre con otras monedas.

Es necesario destacar también que uno de sus aspectos más distintivos es su característica deflacionaria. “Fue concebida con una cantidad finita de Bitcoins (21.000.000), a la que no se le pueden añadir más. Por ende, la temida impresión de nuevos billetes, que acarrea una lógica devaluación, en Bitcoin no existe”, añade el investigador de InFo-Lab aportado por la Municipalidad.

¿Qué tan seguro es Bitcoin? Esta es una de las mayores preocupaciones que existen y detienen el avance de su adopción. Si se descarta el error humano, que también está presente en cualquier otro sistema, a un hacker que quisiera descifrar la clave de una cuenta de Bitcoin le llevaría “miles de años” con los equipos que están disponibles en la actualidad. “Se estima que recién dentro de 60 años, a una computadora de la época le tomará un año y medio descifrar una clave actual”, grafica. A pesar de esto, también se debe recordar que, si un fraude tuviera éxito, no existe una entidad ante quien reclamar dado que la esencia misma de Bitcoin es evitar que exista un organismo dominante en el sistema.

¿Cómo accedo a esta criptomoneda? La manera más fácil es crear una cuenta en alguno de los sitios gestores de criptomonedas, conocidos como “Exchanges”, y comenzar a transaccionar libremente. En Argentina los más conocidos son “Ripio”, “ArgenBTC” y “Satoshitango”. “Participar de este mundo se ha hecho accesible para cualquier persona. Hoy ningún conocimiento técnico es requerido para hacer uso de esta tecnología”, sintetiza.

¿Bitcoin desplazará al billete? Para el investigador, decir que sí sería “mirar muy a futuro” aunque afirma que “posiblemente el dinero sea solamente digital”. “Podemos hacer uso de Bitcoin o no, según nuestros intereses. Pero lo que no es conveniente es desconocer su avance, puesto que es muy probable, en un futuro cercano, que debamos incluir su presencia en lo que hagamos”, cierra Podestá.