¿Barbijo sí o no?, la polémica también se instaló en Mar del Plata
Desde el Concejo Deliberante se propone "flexibilizar" su uso en los comercios, el transporte público, edificios municipales y eventos culturales y deportivos. Podría pasar a ser "voluntario" y se sugiere "erradicarlo" en las escuelas. Una medida similar en La Plata generó una fuerte controversia con la Provincia.
La posibilidad de “relativizar” el uso del barbijo que hace días viene analizándose, polémica mediante, en diferentes jurisdicciones del país, también se instaló en Mar del Plata, de la mano de un proyecto legislativo que propone “flexibilizar” la utilización de tapabocas para viajar en el transporte público, ingresar a comercios y edificios públicos, como así también para concurrir a eventos deportivos y culturales, al tiempo que se sugiere directamente “erradicarlo” de las escuelas.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta anunció recientemente que “ya no será obligatorio” el uso de barbijo en los establecimientos educativos de nivel primario y secundario. El ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk, autorizó a que todas las provincias hagan lo mismo.
En La Plata, en tanto, el intendente Julio Garro dispuso por decreto que los tapabocas directamente “pasen a ser optativos” para todas las actividades, medida fuertemente cuestionada por el Gobierno bonaerense, que la tildó de “irresponsable” y “sin ningún tipo de conocimiento científico y sanitario”.
Esta semana, el debate se introdujo en el partido de General Pueyrredon mediante un proyecto con características a la medida adoptada en La Plata. El viernes ingresó al Concejo Deliberante un proyecto de comunicación de solo dos artículos que solicita al Ejecutivo la realización de las “gestiones necesarias” tendientes a “flexibilizar” el uso de tapabocas en “dependencias municipales, transportes públicos, escenarios culturales y deportivos, y comercios”.
La baja de casos de coronavirus y, por ende, de las internaciones a raíz de la enfermedad, como así también los “altísimos índices de vacunación” que presenta la ciudad (96% de la población con al menos una dosis), son algunos de los principales argumentos de este proyecto que debería tratarse en las comisiones internas del Concejo Deliberante.
La iniciativa, impulsada por el concejal Alejandro Carrancio (Crear Juntos), propone que pase de ser “obligatoria” a “voluntaria” la utilización del barbijo en los espacios antes mencionados, al tiempo que pide directamente “erradicarlo” de los establecimientos educativos de Mar del Plata y Batán, en sintonía con lo resuelto en CABA.
El proyecto se ampara en la “baja de casos e internaciones” por Covid-19, el resultado de la campaña de vacunación y la “tendencia a la normalidad” que el actual contexto “amerita”. Destaca también que, de por sí, “es notoria la total ausencia de tapabocas en diferentes actos públicos, institucionales y deportivos” realizados en espacios abiertos como cerrados.
Cabe señalar que, a diferencia de la decisión adoptada en La Plata, en General Pueyrredon la medida no se impone por decreto, sino que abre el debate entre los concejales para resolver si es tiempo o no de flexibilizar el uso de barbijos.
Sin embargo, tiene características similares. Garro decretó el “uso optativo” de mascarillas para “la circulación, la prestación de servicios y toda actividad pública o privada” en el distrito. Dispuso, además que en los comercios sean sus titulares quienes decidan implementarlo, o no.
Enseguida, el Ministerio Salud bonaerense salió al cruce. “Este tipo de definiciones unilaterales y sin argumentos lo único que hace es atentar contra la salud de las y los ciudadanos”, respondió la cartera que conduce Nicolás Kreplak mediante un comunicado oficial que afirma que esa medida es “irresponsable y tomada sin ningún tipo de conocimiento científico y sanitario” y que “en el territorio bonaerense la competencia primaria en salud es Provincial, a través de la cartera sanitaria”.
En General Pueyrredon, el proyecto de Carrancio busca abrir el debate legislativo en este sentido. Da por hecho las complicaciones que genera el uso de barbijos en el ámbito educativo y pide “relativizar” la utilización en los ámbitos mencionados.
También da cuenta de que en los inicios del brote de coronavirus, la recomendación oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue que “solamente dos tipos de personas” debían usar mascarillas obligatoriamente: aquellos que están enfermos y muestran síntomas de la enfermedad y aquellos que cuidan de personas sospechosas de haberla contraído.
Con respecto al ámbito escolar, el concejal no propone “flexibilizar” sino directamente “erradicar” los tapabocas, y señaló que existen estudios que dan cuenta de que “los barbijos resultan contraproducentes” y que “afectan la capacidad de lectura y de comunicación de los niños”.
Según marcó Carrancio, el uso del barbijo “oculta el rostro humano” e “impide el reconocimiento facial y la individualidad de cada rostro”, pero además “obstaculiza la comunicación” porque “si se tapa la boca, no podrán saber si el otro está enojado, contento o triste”.
“Es necesario que los chicos puedan ir a la escuela e interactuar con fluidez con todos sus compañeros y docentes. Esta normalización implica el no uso del barbijo en la escuela sin distinción de edad ni espacios e interactuando en diálogo permanente con padres y maestros”, argumeta el proyecto.