Heridos de bala, apuñalados y personas golpeadas ingresan cada fin de semana en la guarda del Hospital Interzonal con una situación que se repite: las víctimas se niegan a aportar información, a señalar a los agresores y prefieren no instar a la acción penal.

En menos de 12 horas, el domingo ingresó al HIGA un joven de 24 años con un disparo en una pierna; un hombre de 32 por haber sido brutalmente golpeado en la periferia y otro, de 34 años, con cuatro heridas de arma blanca. En todos estos casos las víctimas guardaron silencio y no explicaron en que circunstancias fueron atacadas.

El primero de los episodios se registró cerca de las 6.30 de la madrugada en Fitte al 2100 cuando, por motivos que son de investigación, un hombre de 34 años recibió cuatro heridas de arma blanca: dos en el tórax, una en el brazo izquierdo y otra en el glúteo. Ante la gravedad de la situación, la policía entrevistó a la víctima, quien solo guardó silencio.

Unas pocas horas después, cerca de las 12 del mediodía, un hombre de 32 años ingresó inconsciente a la guarda del HIGA, víctima de una golpiza en 180 y Alberti. Cuando recuperó la conciencia, dijo no recordar lo que había sucedido y se mostró esquivo de responder cualquier pregunta que pudiera ayudar a esclarecer lo ocurrido.

Minutos pasadas las 16, un joven de 24 años ingresó al nosocomio con una herida de arma de fuego en la pierna derecha. Solo se supo que el hecho ocurrió en Calabria y Gaudini, pero la víctima no quiso aportar más información.

Los tres episodios quedaron bajo la órbita del fiscal Carlos Russo, quien explicó que las investigación se tornan aún más difíciles cuando las víctimas no quieren aportar información y se muestran reticentes a colaborar con la Justicia.

“Son hechos que ocurren una marginalidad terrible, entre personas que no quieren que el Estado se involucre“, expresó una fuente judicial consultada.