Con 23 denuncias y seis intervenciones concretas por día, las fiestas clandestinas se consolidaron en diciembre como una de las problemáticas de Mar del Plata y encienden una luz de alerta para el desarrollo de la temporada de verano.

Si bien la cantidad de denuncias se mantiene estable, se encuentra en un nivel alto, lo que genera una importante preocupación desde el punto de vista de la seguridad y también en el plano sanitario.

En lo que va del mes de diciembre la Secretaría de Seguridad municipal recibió unas 600 denuncias al Whatsapp creado para tal fin y se desactivaron 170 fiestas ilegales, mientras que unas 90 fueron derivadas al 911 para intervención policial.

La cantidad de denuncias requiere de un importante esfuerzo del municipio, de la policía y de la justicia. En la mayoría de las fiestas que se logran desactivar, el escenario es similar: muchos participantes (obviamente sin distanciamiento ni ninguna medida de prevención), equipos de música, bebidas y algunas luces.

En tanto, también sucede que muchas de las denuncias corresponden a reuniones más reducidas en las que sobresalen los “ruidos molestos”.

Desde la Secretaría de Seguridad municipal puntualizaron en el “desgaste” que provocan estos eventos. “Hay que ir a certificar, es un desgaste que no tiene lógica. Además una vez que pasó no sabemos cuál es el daño que se produjo en cuanto los contagios que se pudieron haber producido”, señaló el secretario de Seguridad local, Horacio García.

En esa línea, el funcionario puntualizó en la responsabilidad individual. “Por más que haya una organización, si la gente no va, no puede haber una fiesta. Y ahí es donde hay que entender que los que van tienen una responsabilidad”, sostuvo.

Otra situación que se repite en las intervenciones son, los llamados de muchos participantes a sus padres para que los vayan a buscar. “Salen de ahí como si fuera una travesura y se van a otro lugar que todavía no fue detectado por el Estado”, lamentó García.

En las fiestas clandestinas no sólo se infracciona al responsable de la organización en el marco de la ordenanza local 24927 que conlleva la posibilidad de multas de hasta un millón de pesos, sino que también se notifica a los presentes de estar violando el artículo 205 del Código penal, en el marco del DNU dispuesto por la pandemia.

García destacó el rol de la Justicia y aseguró que se reforzarán los controles. “No vamos a permitir que se ponga en riesgo la salud pública”, enfatizó.

“No es el AMBA”

Con la problemática de las fiestas clandestinas consolidada, una de la preocupaciones es el aumento de estos eventos que puede haber a partir de enero cuando llegue la mayor parte del turismo.

“Tienen que saber que esto no es el AMBA”, advirtió el coordinador del Gabinete, Alejandro Rabinovich.

“Cuando de afuera nos preguntan qué es lo que deben saber los turistas para venir a Mar del Plata les decimos que tienen que saber que los vamos a controlar, de día y de noche. Como dijo alguna vez el intendente, esto no es joda. Porque estamos cuidando la salud, la seguridad y el trabajo de los marplatenses”, agregó.