Carlos Flores (69), el hombre acusado de intencionalmente atropellar y matar a Ramiro Agüero (16) y de haber herido gravemente a otro joven al punto de que le tuvieron que amputar una pierna, podría llegar a juicio por “homicidio” y “tentativa de homicidio“.

El hecho que se le atribuye a Flores ocurrió el 4 de junio del año pasado, cerca de las 13.20, cuando la moto Honda CB 250 conducida por Francisco Robles (24) y en la que iba Agüero como acompañante fue embestida por una camioneta Toyota Hilux, conducida por el imputado, en la intersección de Portugal y Alberti.

Flores conducía por Portugal, mientras que las víctimas iban por Alberti. Según testigos, cuando el conductor de la camioneta vio a la moto aceleró y fue directamente a su encuentro, la chocó y arrastró al vehículo y sus ocupantes hasta el paredón del Club de Empleados de Comercio de la esquina de Portugal y Alberti. Luego, abrió la puerta y se dio a la fuga.

Agüero terminó debajo de la camioneta y murió prácticamente en el acto, mientras que Robles quedó enganchado, de su pierna derecha, en la rueda del Toyota Hilux y tuvo que ser trasladado al Hospital Interzonal, donde le amputaron la pierna.

Para la fiscal Andrea Gómez, durante la investigación quedó demostrado que la conducta de Flores “traspasó sobradamente el umbral de imprudencia para alistarse en el dolo”.

“Si bien es cierto que la conducción de automóviles genera riesgos para la vida ajena, desde un punto de vista social no se le considera especialmente apta para tal producción, siempre que objetivamente se desarrolle dentro de cauces normales. Sin embargo, cuando una persona conduce de un modo tan poco habitual y orientado a la creación de un riesgo evidente, pasa a convertirse en un comportamiento especialmente apto para provocar un resultado lesivo, como el que ha ocurrido en el presente suceso”, explicó la fiscal Gómez al pedir a la Justicia de Garantías que Flores llegue a juicio imputado por “homicidio”.

La fiscal Gómez, al ser consultada por LA CAPITAL, explicó que Flores utilizó la camioneta “como un arma” ya que, por las pericias, quedó demostrado que Flores aceleró el vehículo hasta los 54,86 kilómetros por hora sin intentar esquivar a las víctmas y sin frenar mientras las arrastraba hasta incrustarse contra el paredón del Club de Empleados de Comercio.

Por eso es que la fiscal concluyó en pedir la elevación a juicio a la Justicia de Garantías para Flores por el delito de “homicidio en concurso ideal con homicidio en grado de tentativa“, que contempla una pena en expectativa de 25 años de prisión.

Testigos y pericias

Los informes periciales dan cuenta que la calle Portugal es ancha, luminosa y con cruce peatonal pintado de blanco en las intersecciones con Alberti algo que, para los investigadores, sirve para alertar “al vehículo que circula que debe aminorar su marcha y dar prioridad a peatón”.

En las pruebas accidentológicas, quedó demotrastado que la velocidad de la camioneta no era inferior a los 54,86 kilómetros por hora y, pericialmente, no se registraron  maniobras evasivas ni frenantes. “La intención de la camioneta fue dirigido directamente a chocar la moto, no intentó esquivar ni frenar“, concluyeron los peritos.

Testigos aseguraron que vieron como el conductor de la camioneta Hilux aceleró al ver la moto hasta chocarla. Incluso mencionan que la camioneta no dejó de acelerar hasta que la moto quedó sobre el paredón y luego vieron a Flores descender del vehículo y huir del lugar por la calle Portugal.

Las personas que estaban en esa esquina de Portugal y Alberti -eran las 13.20 y el barrio tiene movimiento-, dijeron que no escucharon bocinazos, ni frenada, ni maniobra de esquive.

La policía dijo que al llegar al lugar encontraron que había unas 70 personas en esa esquina, enojadas porque la ambulancia no llegaba. En la desesperación ayudaron a Robles -que tenía la pierna destrozada- y dieron vuelta la camioneta para llegar al cuerpo de Agüero, que yacía muerto en el suelo.

El motivo y el silencio de la víctima

Numerosos testimonios de testigos y allegados dejaron entrever la existencia entre un conflicto entre Robles y Flores.

Si bien la investigación aún no avanzó en el motivo, la hipótesis existe y la fiscal no descarta que en el juicio se puedan ventilar nuevas pruebas que lleven a confirmar la hipótesis e incluso a vincular lo sucedido con otra persona.

Robles, en su declaración no aportó información e incluso dio versiones de lo sucedido que no condicen con la de testigos y las pericias realizadas. Para la fiscal, el joven no quiere hablar por miedo a posibles represalias.

Cambio de carátula y detención

El fiscal Pablo Cistoldi, titular de la Fiscalía de Delitos Culposos, estuvo cuatro meses al frente de la causa por considerarla, en un principio, como un siniestro vial sin intencionalidad homicida.

Sin embargo, al entender que los hechos excedían a un “accidente” le entregó la causa a Andrea Gómez, quien en los primeros días a cargo de las actuaciones recalificó el hecho como “homicidio” y ordenó detener a Flores.

Cuando fueron a buscar a Flores para detenerlo, el hombre ya se encontraba bajo arresto en la Unidad Penal 44 de Batán, acusado de haber participado en agosto de unos violentos robos en viviendas en una investigación que manejaba el fiscal Mariano Moyano.

En su momento, la fiscal explicó a LA CAPITAL que existió una demora en cambiar la carátula, en parte porque las pericias accidentológicas fueron “bastante accidentadas” en su realización, ya que la gente “al ocurrir un hecho tan penoso y horrible, obviamente intentó salvarles la vida a las dos personas que habían quedado debajo de la camioneta“ y la escena no fue debidamente preservada.