Artistas que resisten en “Circo Futuro”: “No podíamos creer lo premonitoria que era la obra”
Este viernes en El Galpón de las Artes podrá verse la pieza teatral que cuenta los dilemas de un divagante trío de artistas: Dulcinea, Zanahoria y El Enano. La actriz Guillermina Miravé cuenta cómo forjó su personaje.
Miravé, Carneglia y Mosquera, en un momento de la obra que fue parte de la última temporada de verano.
Le presta el cuerpo a una Dulcinea algo “psiclotímica”, tal como define a su personaje. Un poco bufona, un poco exaltada, esta artista con cabeza de caballo da batalla a cualquier adversidad. Es la actriz Guillermina Miravé quien aceptó gustosa las pinceladas absurdas de la obra “Genealogía y épica para un circo futuro” y se metió en el personaje.
Se trata del espectáculo que, tras una temporada de funciones, regresa este viernes al escenario. A las 21 se lo podrá ver en El Galpón de las Artes (Jujuy 2755).
Completan el elenco Facundo Mosquera y Mario Carneglia, al tiempo que la obra tiene dramaturgia de Mosquera y de Manuel Santos Iñurrieta, quien es a su vez el director. Es una nueva propuesta del grupo Internacionales Teatro Ensamble.
Los dilemas que atraviesan los artistas del circo -y los artistas en general- aparecen expuestos en esta pieza que también tiene un anclaje marplatense. Parte de la lucha del Circo La Audacia por mantener su carpa abierta en contra de las trabas de los políticos de turno y de la burocracia aparecen narrados siempre desde el humor.
“Genealogía…”, entendió, “habla de los artistas en general que buscan poder vivir de nuestra profesión y habla de poder tomar el arte también como una herramienta fundamental para que una sociedad cobre fuerza”.
Ya en los ensayos, el trío de actores junto al director encontraron puntos en común con la realidad argentina que empezaba a espesarse, durante 2023. “Nos pasó que cuando empezamos a hacer la obra no podíamos creer lo premonitoria que era, porque si bien siempre la cultura estuvo bombardeada por malas políticas, al menos desde nuestra mirada, fue muy significativo, muchos aspectos de la obra aluden especialmente a situaciones que después se vieron reflejadas en nuestra sociedad”, contó Miravé a LA CAPITAL.
Aún sorprendida por reconocer elementos de la ficción en lo cotidiano, Miravé no dejó de sentir que aporta su cuota de compromiso. “Tiene su lado gratificante el poder desplegar la herramienta del teatro para poder decir estas cosas“, reconoció.
Encuadrado en la línea del teatro épico, el espectáculo presenta a tres personajes como quijotes, perdidos, peleadores, reflexivos, torpes y lúdicos sobre una lona circular: además de Dulcinea, están Zanahoria (Mosquera) y El Enano (Carneglia).
“Dulcinea tiene rasgos muy particulares, está entre la inocencia y siempre lista para la batalla, es un poco psiclotímica, la obra tiene aires absurdos y de humor y de despliegue de mucho ritmo, es muy vertiginosa y de golpe como que baja y permite entrar en ese otro estado más poético y de reflexión, como un cable a tierra”, describió.
Sobre ese código de actuación, Miravé reconoció sentirse “fascinada”. “Permite este desdoblamiento del personaje y de la actriz, poder opinar y a su vez entrar en un juego eterno. Al principio no estaba tan amigada (con Dulcinea) y me costó bastante entrar en el juego, porque es como permitirse ir por todo, sino te quedás en un intermedio que tampoco lo disfrutás”.
El disfrute aumentó cuando se sumaron sus compañeros. “En ese ida y vuelta nos encontramos como grupo y nos empezamos a divertir, ahí es cuyando los personajes empezaron a aparecer”, concluyó.