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Arte y Espectáculos 3 de junio de 2019

Ariel Ardit celebra 20 años de carrera: “Al tango se lo comprende viviendo”

A días de su regreso a Mar del Plata para cantar en Teatriz, el artista habló de su extenso recorrido musical, del primer tango que cantó en público y de Gardel, su máximo referente.

Ariel Ardit.

Cordobés de nacimiento, se crió en Buenos Aires. Es un “muchacho de barrio” -ya no un pibe- dice. De familia de artistas, recuerda que el primer tango que escuchó fue Soledad. Y así, Gardel marcó su destino. Hoy, a 20 años de carrera profesional, Ariel Ardit es considerado el mayor referente de tango de su generación.

En el marco de la celebración de este hito en su historia musical, Ariel Ardit se presentará en Mar del Plata, este viernes, 7 de junio, a las 20.30, en Teatriz.

Antes, habló como LA CAPITAL de algunos momentos clave de su extenso recorrido musical, del primer tango que cantó en público y de Gardel, su máximo referente.

– ¿Cómo se inició tu contacto con el tango? ¿Cómo pasaste de escucharlo, de que te guste, a interpretarlo?

– Nací en Córdoba y en mi familia hay y hubo cantantes de folclore, soy hijo de una cantante de Folklore (Adriana Oviedo), por ella escuche el primer tango y fue Soledad. Luego en mi adolescencia comencé a estudiar canto lírico pensando en hacer de ello una profesión. Los viernes jugábamos al truco en casa de mi abuela tres generaciones, mi tío abuelo, mis dos tíos, mi hermano y yo. En esas reuniones la música que amenizaba las partidas que duraban hasta bien entrada la madrugada, se escuchaba de todo.

– ¿Qué rol tuvo Gardel para que el tango sea tu destino?

– ¡El rol principal! En esas reuniones escuche a Gardel con el oído de un joven estudiante de tango, desde allí y para siempre quede atrapado con esa voz, luego pasado un tiempo, entré por primera vez al Boliche de Roberto Pérez en Almagro y canté mi primer tango (Soledad) ante un nutrido mostrador de cinco o seis parroquianos. Allí comenzó todo. Carlos Gardel es el motivo esencial por el cual canto tango, mi puerta de acceso, mi máximo referente, si Gardel hubiese sido cantante de otra música tal vez yo jamás hubiese sido cantor de tangos.

– A 20 años de dedicarte profesionalmente a la música ¿Podés hacer un análisis, balance de tu recorrido?

– Pese a que 20 años pueden ser mucho aunque pasaron volando, aún me cuesta hacer un balance, porque sería detenerme y siento que aún hay mucho camino por recorrer. Por lo pronto me siento muy agradecido al tango y a su público por justificarme y haberme permitido llevar adelante cada sueño con esta música.

– ¿Hay un tango que te guste más interpretar, alguno al que no te animes?

– No tengo un tango que más me guste, hay muchos y cada uno con su historia. Siempre el que ocupa la mayor atención es el próximo a interpretar. Cuando uno decide incorporar una obra nueva le dedica toda su atención porque se siente atraído y representado de distintas maneras. La elección del repertorio tiene que ver con el momento personal asociado a lo que uno pueda decir o sentir a través de cada letra. Hay un momento para cada tango.

– ¿Cómo se gestó el homenaje a Gardel en el Aeropuerto Olaya Herrera de Medellín?

– Yo vi en el año 1995 un homenaje que le hicieron a Gardel en Toulouse, quede impactado porque era con orquesta sinfónica, pero solo instrumental, nadie cantó. Yo ese año había comenzada a estudiar canto lírico. Pasaron 19 años y en el 2014 llegue a Medellín y en el momento que estaba en el aeropuerto de Olaya Herrera, recordé ese homenaje y me dije, ¿por qué no intentar homenajearlo con orquesta sinfónica justo aquí, donde voló hacia la inmortalidad? Propuse la idea a productores colombianos y me contacté con Gonzalo Ospina de la Filarmónica de Medellín, volví a Buenos Aires y me puse a trabajar en la idea y junto a Andrés Linetzky quien hizo los arreglos. La idea fue aceptada con mucho entusiasmo y el 24 de junio del 2015, al cumplirse 80 años de su fallecimiento pude realizar el sueño de homenajear a Carlos Gardel mi máximo referente en el aeropuerto donde pasó a la inmortalidad. Canto tango gracias a la admiración y fascinación que me generó descubrir a Gardel, con lo cual haber realizado el homenaje fue cumplir un sueño inigualable artísticamente y emocionalmente.

– ¿Qué recuerdos tenés de esa experiencia?

– Los recuerdos son de mucha emotividad por todo lo que genera su figura y sobre todo para el público de Medellín. Pero como todas las situaciones emocionantes de la vida, duran un suspiro, se trabajó muchísimo durante un año y previo al momento del show, en la prueba de sonido, mire hacia arriba y pensé, éste fue el último cielo que vio Gardel. Luego de lo demás solo tengo recuerdos vagos, fue como haber estado tal vez por la emoción, en una dimensión diferente, en otro plano. Hoy ese recuerdo es sin duda el más feliz y emotivo de mi carrera, junto al homenaje realizado en el teatro Colón.

– ¿Y cómo se organizó el homenaje Gardel Sinfónico en el Colón?

– Al homenaje en Medellín, al disco en vivo, la obtención del el premio Carlos Gardel por ese trabajo, le faltaba algo, mi idea de homenaje era integral y para que eso suceda, paralelamente en el 2014, pensé en el homenaje en Medellín y en el lugar donde Gardel asistía por su admiración a la ópera y sus cantantes y nunca había podido cantar, el teatro Colón. Gardel en Medellín y en el Colón. Costó un poco más aquí que en Colombia… pero en el 2018 gracias al productor Avelino Tamargo pude cumplir con el resto del homenaje y que sus tangos se escuchen con orquesta sinfónica en nuestro máximo coliseo, el Teatro Colón.

– ¿Qué significó para vos pisar ese escenario?

– Era una emotividad diferente a la de Medellín, aquí está mi gente, la que me vio crecer ya que durante mi infancia vivíamos con mi familia a cuatro cuadras del Colón, de manera que homenajear a Gardel en el Colón era un triunfo mío y de todos los que me acompañaron. Cuando salí al escenario luego de la obertura instrumental, el Colón vibro de fervorosos aplausos, para mi podría haber terminado todo allí, en ese instante ya me sentí realizado y feliz. Podríamos decir que fue un pequeño gran triunfo del tango.

– ¿Cuál es la riqueza, según tu punto de vista, del diálogo con otros géneros musicales, de intercambios con artistas y la incursión, por ejemplo, en el terreno sinfónico?

– El tango en sí mismo es una música inicialmente asistida por la conjunción de otras, la polka, la mazurca, la habanera, la canzoneta y su nostálgico sentimiento proviene de la inmigración europea, todo eso confluye en nuestro tango. El tango gracias a su riqueza armónica y melódica, encuentra un lugar natural, (según el arreglador o director), en el plano sinfónico. El intercambio aporta aire fresco, aprendizajes, si uno tiene clara la esencia de su música puede abrir las tranqueras, ser libre de expresión.

– ¿Cómo se resignifican los mensajes, la poesía del tango hoy?

– En el entendimiento de la esencia, de las cosas simples, en el vivir, al tango se lo comprende viviendo. Eso fue, es y será para siempre igual, con distintas terminologías según la época o la moda, las palabras de antes con lunfardismos, los arrabales y malevos, hoy se definen diferente, pero las palabras de antes y las de ahora son solo el conducto hacia una emotividad, a ese sentimiento profundo que se expresa hacia adentro: el tango.



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