CORDOBA.- Por su interesante propuesta y tarea colectiva en la primera mitad, Argentina se fue con buenas sensaciones del primer amistoso contra México, al que venció 2-0 en el estadio Mario Kempes de Córdoba. Ambos equipos volverán a enfrentarse el martes, pero en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza.

Ramiro Funes Mori, de cabeza en una jugada de pelota quieta, e Isaac Brizuela, marcaron los tantos de la noche.

Lionel Scaloni propuso una alineación con línea de tres defensores (Juan Foyth, el punto más alto), dos mediocampistas centrales con buen manejo (Paredes agregó sacrificio y quite a la salida “limpia”) y volantes externos que dieron amplitud y profundidad (sobre todo Renzo Saravia). Paulo Dybala y Angel Correa estuvieron liberados, con mayor participación en la creación del primero. Y Lautaro Martínez fue el faro de punta. El local apostó a la presión alta para recuperar lo más lejos posible del arco propio.

México, con menos control de pelota, generó peligro con su velocidad en las transiciones de defensa a ataque, como durante el Mundial. Las más claras de la visita fueron al inicio, con un cabezazo al travesaño y una buena atajada de Marchesín.

Ochoa tuvo buenas respuestas ante las situaciones de Argentina: un tiro libre y una volea de Dybala, definiciones del propio delantero y de Saravia tras la mejor maniobra colectiva y un cabezazo de Lautaro Martínez luego de un gran centro-pase del jugador formado en Instituto.
Hasta que nada pudo hacer antes del entretiempo con un cabezazo de corta distancia de Ramiro Funes Mori en una jugada de pelota parada (otra vez con precisión en la ejecución de Dybala).
En el segundo tiempo fue muy aburrido. Porque el conjunto de Scaloni esperó unos metros más atrás y careció de claridad en los metros finales. Tampoco sufrió en el área propia.

El ritmo mermó y los cambios le quitaron continuidad. El gol en contra de Brizuela fue una mera anécdota. Lo importante estuvo en el juego, sobre todo en la etapa inicial. Por propuesta y algunos rendimientos individuales.