Agustín Rossi viene reiterando desde que asumió el 10 de diciembre como ministro de Defensa de la Nación, la intención del Estado argentino de adquirir un nuevo submarino, luego de la tragedia del ARA San Juan. Este lunes, en su tercera visita a la Base Naval de Mar del Plata en dos meses, habló del avance de las negociaciones para comprar uno y de los posibles oferentes.

En una entrevista concedida el mes pasado a LA CAPITAL tras la recepción de la Fragata Libertad, el ministro afirmó que “la única manera de no perder la capacidad de submarino es teniendo submarinos” y relevó que para avanzar en ese sentido se estaban “analizando alternativas para incorporar uno”.

Días antes, en su primera visita oficial a Mar del Plata desde que asumió el nuevo gobierno, lo había anunciado por su cuenta, sin que la prensa siquiera de lo preguntara: “Hay que comprar un submarino”.

Este lunes 10 de febrero, en el 146° aniversario de la fundación de Mar del Plata, Rossi regresó a la Base Naval de la ciudad para recibir al ARA “Bouchar”, el primero de cuatro patrulleros oceánicos comprados por el Estado argentino a Francia por la suma de 300 millones de euros -por decisión del gobierno anterior-. y reafirmó la decisión de incorporar un submarino a la flota de la Armada Argentina.

La decisión forma parte de la “nueva política de defensa” que busca desplegar el actual gobierno nacional y de la intención de “reequipar a las Fuerzas Armadas”, tras “la tragedia que sufrimos todos” con lo ocurrido con el submarino ARA San Juan y sus 44 tripulantes, a quienes puso en dos ocasiones dentro de su discurso en la misma oración con los ex combatientes de Malvinas.

“Si no queremos perder la capacidad submarinos, vamos a tener que tener submarinos, aunque parezca una verdad de Perogrullo”, ratificó el ministro de Defensa ante la consulta de la prensa local.

Seguido, indicó que el ARA Salta funciona como “un gran simulador” y que a su vez “las pruebas de navegación se hacen con la Armada peruana a través de un convenio” (hace dos años, por falta de medios propios, la Armada realiza el adiestramiento de sus submarinistas en escuelas navales de Perú y de Brasil), pero enseguida destacó la necesidad de “incorporar un submarino” y aseguró que para ello “hay diferentes opciones: siempre aparece alguna oferta en el mercado; estamos buscando”.

“Antes de que yo llegara se hablaba de un submarino brasilero, algo que finalmente no se concretó”, dijo Rossi en relación a las negociaciones iniciadas por el gobierno anterior con las Fuerzas Armadas del vecino país y aliado estratégico en el Mercosur.

Más recientemente, reveló el ministro, “la Armada Argentina me ha comentado de algunos submarinos que Noruega dejaría y que nosotros, haciéndole una inspección mayor y tareas de mantenimiento, estaríamos en condiciones de adquirir”.

En relación a las negociaciones con Brasil, no se llegó a un acuerdo sobre dónde realizar las reparaciones: Brasil pretendía hacerlo en su astillero naval y Argentina pedía repararlo en Tandanor.

Al respecto, días atrás el portal Infodefensa.com informó que la Argentina “descarta la vía brasileña y negocia con Noruega” para la compra de un sumbarino. Y que se apuntaría a uno de la clase Ula, construidos a finales de los 80 y principios de los 90 en Alemania para la Royal Norwegian Navy. Estos submarinos serían de especial interés para las autoridades de la Armada Argentina. El problema es que por su tipo, “no se recuperaría la capacidad perdida” tras la tragedia del ARA San Juan.

No obstante, como señaló Rossi, “se evalúan opciones”. “Hay que ver también qué condiciones hay con el ARA Santa Cruz”, dijo también en relación al submarino “gemelo” del San Juan.

En 2014 el ARA Santa Cruz inició un proceso de reparación en el complejo naval argentino CINAR. Mientras ingresaba a la zona portuaria, el buque sufrió una varadura, logrando ser removido por remolcadores tras dos horas de trabajo.

El ex ministro de Defensa Oscar Aguad interrumpió los trabajos de reparación al desaparecer el ARA San Juan en noviembre de 2017, para determinar si ese accidente fue causado por una falla que podría repetirse en el ARA Santa Cruz.

Finalmente, en febrero de 2019, Aguad anunció que se retomaron los trabajos. Desde la pérdida del San Juan, Argentina no posee submarinos en servicio. Para recuperar la Fuerza de Submarinos, el gobierno argentino decidió reparar el Santa Cruz. Esta reparación costaría unos veinte millones de dólares y tardaría dos años, según fuentes de la Armada.

En cada una de sus tres visitas a la ciudad desde que volvió a asumir como ministro de Defensa, Agustín Rossi reafirmó esta decisión del Estado nacional. En medio de las negociaciones, finalmente dijo: “Estamos trabajando para volver a tener un submarino”.