CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
La Ciudad 25 de marzo de 2018

Ardió el monumento fallero

Con la tradicional cremá , finalizó la tradicional Falla Valenciana.

Fotos: Marcela Golfredi (LA CAPITAL).

Con la tradicional cremá del monumento fallero, finalizó este domingo la 64ª edición de la Falla Valenciana en Mar del Plata.

A pesar del frío, hubo un buen número de personas sobre el Boulevard Marítimo, donde se realizó la ceremonia de cierre.

FallaMarcelita2

Estuvo presente la Guardia del Mar y hubo un show de fuegos artificiales en la previa del inicio del fuego.

La cremá del monumento fue el cierre de una nueva edición de la Falla Valenciana. Durante toda la semana hubo diversas actividades y expresiones artísticas, como es tradición.

FallaMarcelita

En tanto, ayer, antes de la ceremonia final, fue renocido el intendente Carlos Arroyo como Fallero Mayor.
“Por una sociedad sin víctimas”, fue la consigna con que se desarrolló la edición de la Falla que culminó anoche.

Los organizadores propusieron revisar los parámetros de belleza impuestos por la sociedad y levantar la voz contra la violencia de género, el bullying a los niños y demás situaciones que derivan en el sometimiento de un otro a una instancia de vulnerabilidad.

“Como bien dice el lema abordamos las más renombradas problemáticas sociales como lo son el bullying, la violencia de género, los chicos en la calle, las víctimas del (accidentes de) tránsito y las víctimas de la bulimia y anorexia”, explicó Adrián Más, el artista fallero responsable de la confección de los muñecos.

Falla3

Historia

La cremá, como se denomina la práctica de incendiar el monumento, anuncia la festividad del día de San José, patrón de los carpinteros, trabajadores que iniciaron la tradición.

Los muñecos, entonces, representan todo lo malo ocurrido durante la época más fría del año y su quema “genera una purificación y el lugar a un nuevo comienzo”.

Según cuenta la historia, todos los elementos que sobraban del invierno en los talleres eran quemados en una “hoguera purificadora” que anunciaba la entrada de la primavera. Así, las mejoras en las condiciones climáticas parecían augurar situaciones positivas en el resto de las actividades de los trabajadores.

Con el correr del tiempo, la tradición fue aggiornándose a los tiempos actuales, tomando reclamos contemporáneos como manera de reflejar los males que aquejan a la sociedad y la voluntad de la sociedad de revertirlos.