por Marisa Randazzo
Los arbustos son plantas insustituibles en un jardín. Presentan distintos aspectos durante el reposo invernal y a mediados del verano despliegan su esplendor con sus follajes coloridos, flores y frutos.
Los arbustos son plantas cuyas hojas pueden ser perennes, se renuevan constantemente durante todo el año; semiperennes pierden parcial el follaje dependiendo de la temperatura y de follaje caduco, sus hojas tienen un cambio de color en otoño-invierno antes de que caigan.
Los arbustos ornamentales tienen un gran protagonismo, pueden transformar un pequeño espacio de tierra en un hermoso jardín. Los escogemos en función a sus formas, colores de sus hojas y flores.
Las formas de los arbustos pueden ser cónica, globosa, llorón, rastrero o en abanico. Algunos se desarrollan relativamente pronto y otros más lentamente, necesitando años para terminar su crecimiento.
Es preciso tener en cuenta su tamaño definitivo antes de adquirirlo.
Necesidades
Para que sea un éxito su cultivo es necesario elegir especies que por nuestro suelo y lugar a plantar se adapten rápidamente. Otro método es que antes de elegirlo, dar una pequeña recorrida por la zona para observar cuales son las variedades que ya están adaptadas al entorno.
Las condiciones climáticas es un factor a tener en cuenta. Cuando hay heladas cubrimos el suelo con una capa de hojas secas o cortezas de pinos, de esa forma protegemos las raíces.
Hay especies que se pueden ubicar a pleno sol, semisombra o sombra.
Si se quisiera plantar para disponerlo como cerco; los formales pueden ser de una misma variedad, se adaptan a la poda y altura que uno requiera. Los cercos informales pueden ser de diferentes especies dando mucho colorido y movimiento.
Los arbustos en macetas son excelentes, a la hora de dar un punto focal importante en algún rincón del jardín.
La plantación
Los arbustos de hoja caduca se plantan durante el período de reposo, siendo mejor en otoño o a principios de la primavera. Los que plantemos en pleno verano exigirán riegos diarios.
Antes de plantarlos, se hace un pozo de una profundidad y diámetro del doble del tamaño del envase en el que está la planta. Se coloca en el fondo del hoyo tierra negra, de esta manera les será más fácil desplegar las raíces, luego colocar el arbusto y se sigue rellenando con tierra negra. Regar con abundante agua.
La poda
Se puede permitir que el arbusto se desarrolle libremente y podarlos solo cuando lo necesiten, aunque para la mayoría, las podas son beneficiosas, favoreciendo tallos nuevos y fuertes. Se realiza sacando ramas cruzadas, largas o secas y cuando han obtenido la altura deseada solo se hacen de mantenimiento.
Si se tuviera un arbusto viejo, hacer una poda fuerte para provocar un rejuvenecimiento.
Por eso no dude en plantar un arbusto, son de crecimiento rápido y nos ayudarán a completar la decoración en poco tiempo, son los protagonistas indiscutibles a la hora de disfrutar nuestro parque.
(*): marirandazzo.mar@gmail.com