Por Rosa Díaz

Liberales que desprecian los logros del liberalismo, defensores de la libertad que sólo la quieren para sí mismos y comunistas que en realidad son dictadores nacionalistas han convertido el mundo de las ideologías en “una biblioteca desordenada” en la que “los conceptos están tergiversados y es imposible orientarse”.

Así lo entiende la politóloga argentina Antonella Marty, que en su libro “Ideologías” intenta reordenar y llamar por su nombre a los diferentes movimientos políticos para poder “evaluarlos de manera informada” e iniciar “una comunicación racional, muy necesaria en estos tiempos convulsos”.

En una entrevista con EFE, Marty afirma que el presidente Javier Milei es un claro ejemplo de apropiación indebida de términos políticos.

Apropiación indebida de términos políticos

“Milei no es ‘liberal’, como el mismo se autodefine, sino que se ha adueñado del término y ha manipulado su significado”, asegura la politóloga.

Marty prefiere calificarlo de “populista de derecha” que defiende “una ensalada ideológica en la que hay nacionalismo, teocracia, fascismo y conservadurismo”.

“La libertad la entiende como libertad de ofender -agrega- y solo tienen derecho a ella los piensan como él, ya que todos los demás son comunistas o zurdos”.

En su opinión, el presidente “dice unas cosas y hace otras, ya que después de prometer destruir el Estado y liberar el comercio potenció el impuesto a las ganancias y puso barreras comerciales a través del ‘impuesto país’ a las importaciones”.

Populismos, nacionalismos y mesianismos amenazan la democracia

Los populismos de derecha “son un gran peligro”, tanto en Europa como en Latinoamérica o Estados Unidos, porque están claramente conectados entre ellos” y “muchos presentan a su líder como un mesías que viene que salvar a la sociedad, aunque sea a costa de renunciar a la democracia y hacerse con el poder absoluto”.

Marty menciona la estrecha relación que hay entre el argentino Milei, el brasileño Jair Bolsonaro, el norteamericano Donald Trump y el español Santiago Abascal y como todos ellos “ensalzan el nacionalismo, utilizan estrategias populistas y defienden una libertad que excluye a sus oponentes”.

“Dicen que defienden la libertad pero quieren revertir los procesos de liberación que tuvieron lugar a partir de los años sesenta, y volver a los cincuenta, a una sociedad que era tremendamente desigual pero que ellos tienen idealizada, afirma.

“El liberalismo sin libertad es una deshonestidad intelectual” para Marty, que no duda en denunciar el “culto a la ignorancia” de la nueva derecha.

“Estos populismos de derecha crean fantasmas contra los que luchar, como el comunismo o el socialismo, que según dicen está tomando el mundo entero, cuando la realidad es hay que muy pocos gobiernos comunistas”, añade.

Eslóganes como ‘patria o muerte’ demuestran que países que se definen como comunistas, en este caso Cuba, “son básicamente nacionalistas de izquierda con gobiernos autoritarios”, una definición que también aplica a Venezuela y Corea del Norte.

El nacionalismo es también parte importante de la ideología de Vladímir Putin, al que Marty califica de “Meca de las autocracias de derecha, con un componente tan moral y cristiano como hipócrita y criminal”.

Lo religioso está muy presente, según la autora, tanto en Putin, que se presenta a sí mismo como defensor de la fe cristiana frente a un Occidente sin valores, como en Milei, que asegura que tiene una misión divina y que se enfrenta al Maligno.

Un llamamiento a la fe que estos líderes utilizan para agudizar “la polarización ideológica y la irracionalidad”, dos tendencias que dificultan el diálogo y favorecen la violencia, según Marty, que aboga por contrarrestarlas con “empatía y conocimiento”.

EFE.