Arte y Espectáculos

Ana Fontán: “No me siento una cantante de tango tradicional”

Este viernes celebra 20 años de trayectoria en el Auditorium. Estará acompañada por los marplatenses Luis Reales en piano y Leo Cubiella en bandoneón en un show que repasa su repertorio y rinde homenajes a Piazzolla, Eladia Blázquez, María Elena Walsh y a "mis amadas mujeres del tango".

“No me siento una cantante de tango tradicional, pero el tango, de un modo u otro, ha estado presente a lo largo de toda mi vida” asegura Ana Fontán, la artista multifacética que está celebrando 20 años de carrera profesional.

La actriz, cantante, realizadora, bailarina, se presentará este viernes a las 21.30 en el Café Emilio Alfaro del Teatro Auditorium, en el marco de este festejo, acompañada por los marplatenses Luis Reales en piano y Leo Cubiella en bandoneón.

En una charla con LA CAPITAL, Fontán repasó la propuesta de esta noche, su encuentro con los artistas que la acompañan y el por qué de esta celebración. Hace 20 años, Fontán debutaba en el teatro musical con “Las mil y una noches” y ese mismo año, obtenía su primer protagónico en “Aquí no podemos hacerlo”, en el rol que, dice, marcó su carrera.

“El repertorio tiene temas que me han acompañado en estos 20 años, algunos nuevos, pero muy significativos, y tres homenajes especiales: A Eladia Blázquez en los 90 años de su nacimiento, a María Elena Walsh en el décimo aniversario de su fallecimiento y a Astor Piazzolla en su centenario. Además, estarán algunas de mis amadas mujeres del tango, como Tita Merello, Nelly Omar y Ada Falcón. Además de algunas sorpresas” enumeró.

“Es un repertorio preciso, que invita a emocionarnos, a reflexionar, a pensar, a pasar por diferentes sentimientos y sacar todo lo que nos ha estado pasando, lo que está pasando, lo que somos” reflexionó, adelantando que arrancará con “Gracias a pesar de todo” de Blázquez.

En cuanto a la elección de músicos marplatenses, la artista valoró que “con Luis he trabajado, habíamos hecho gran parte del repertorio que presentamos. Y vine antes a Mar del Plata especialmente para ensayar los temas nuevos y conocer a Leo Cubiella, que tiene una historia de vida y transformación muy fuerte y valiente”.

Fontán destacó el cuidado con que está preparado el Auditorium, con absoluto respeto de todos los protocolos sanitarios y recordó que las entradas solo pueden adquirirse a través de Plateanet.

– ¿Cómo fue para vos volver al escenario, con público, después de tanto tiempo?

– La última presentación formal la había hecho el 8 de marzo del 2020. Luego tuve que suspender una agenda enorme. Hice streamings, participé del Festival Internacional de Tango desde casa con la pianista japonesa Shino Onaga, que fue todo un desafío, y la primera vez que salí de casa fuev para un streaming en El picadero, en escenario pero sin público. El regreso fue el 17 de enero en la terraza del Picadero, y fue hermoso, raro al principio, pero mágico a los minutos todos estábamos volando. Lo presencial es una experiencia única y nos dejó felices a los artistas y las personas que vinieron.

“El tango es un género tan fuerte, nos representa en cualquier circunstancia y lugar, trasciende todo por su música, por su danza, por la poesía, toca tantos universos… por algo es patrimonio de la humanidad”.

– En el 2000 ya existía Fontango y habías participado en Las mil y una noches, Blue, pero Aquí no podemos hacerlo te marcó. ¿Por qué?

– El tango es un género tan fuerte, nos representa en cualquier circunstancia y lugar, trasciende todo por su música, por su danza, por la poesía, toca tantos universos… por algo es patrimonio de la humanidad. Yo no me siento una cantante de tango tradicional, pero el tango, de un modo u otro, ha estado presente a lo largo de toda mi vida, desde mi hogar, desde la danza. Pero me marcó desde el primer protagónico con Pepe Cibrian Campoy, en Aquí no podemos hacerlo, en el rol que 30 años antes había realizado Sandra Mianovich. Era un personaje que necesitaba reafirmar y reencontrarse con su identidad y cantaba un tango. Fue muy fuerte para mí, porque en ese momento sentí que ese era el camino. Yo hacía cosas vinculadas al tango antes, pero eso fue un sello fuerte, el primer protagónico, con Pepe, con esa obra musical que marcaba la resistencia de los artistas y reafirmaba la argentinidad, nuestra música, nuestro país, encontrarnos nosotros y desde ahí salir al mundo. Y fue un poco lo que después me pasó en la vida. Después hice teatro musical, de texto, cine, conciertos y festivales.

Ana Fontán, recién llegada a Mar del Plata.

– Pero el tango siempre siguió presente…

– Incluso cuando me premiaron por una película, en el final de la ceremonia me pedían cantar un tango. Siempre estuvo el tango en mi carrera profesional.

– ¿Creés que tu formación influye en tu forma particular de interpretar el tango?

– Toda formación enriquece la interpretación. Y mi forma de interpretar quizás es una licencia que me tomo por ser actriz, por no estructurarme, por hacerlo como lo siento, con respeto pero con libertad. Con la sensibilidad que expongo, cuento y muestro desde el alma. Y como no tengo formación rígidamente del tango aparecen otras formas de abordar la colocación vocal, la tonalidad diferente, un fraseo particular. Pero cuando tengo que tirar fuerte, dramático, lo hago y si tengo que hacer algo más divertido, picarezco, lo hago.

– ¿Cómo elegís el repertorio?

– Pienso en qué quiero contar, qué quiero transmitir, por qué cada tema, qué quiero dejar en el corazón y la mente del otro, o lo que quiero comunicar de la cultura, por ejemplo en lo relacionado con las películas, evocarlas, que no se olviden y con las mujeres, homenajearlas.

Y en el caso de este Gravias a pesar de todo, lo incorporé recientemente, porque me pregunté ¿qué puedo aportar como artista en este contexto? Una esperanza, desde la poesía y desde la música. Lo que está pasando es duro en serio, desde mi rol quiero brindar una esperanza y una ayuda. El agradecimiento salva.

Te puede interesar

Cargando...
Cargando...
Cargando...