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La Ciudad 8 de febrero de 2022

Amplias playas públicas y poco exploradas en el norte de la ciudad

Desde la construcción del emisario submarino, ese sector de la costa se revalorizó. Un paisaje de arenas blancas, libres de carpas y sombrillas en alquiler.

Los 47 kilómetros de costa con los que cuenta “La Feliz” suelen guardar secretos, lugares especiales que se caracterizan por su rusticidad y belleza natural, todavía muy poco explorados por la mayoría.

Un paisaje de arenas blancas, libres de carpas y sombrillas en alquiler, contienen las playas ubicadas bien al norte de la ciudad, casi llegando a Camet. Un sector con barrancas naturales, incluso con algunas bajadas para vehículos, que se revalorizó después de la construcción del emisario submarino.

Después de la rotonda de Constitución, con la playa Recreo instalada por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, se ubican una serie de balnearios con los servicios habituales. Y también funciona uno de los “points surferos” de referencia en al zona norte: Surf Rider, con monumento al surfista incluido.

Siguiendo por la avenida Félix U. Camet, las playas ofrecen todos sectores públicos, donde la sombrilla o la carpa tipo iglú la instala el visitante o el marplatense. “Vengo acá porque no hay nada, salvo los guardavidas que nos cuidan”, contó Rogelio a LA CAPITAL mientras descansaba bajo su sombrilla. Y recordó: “Esto recobró vida hace unos años después que hicieron el emisario submarino y el agua quedó bastante más limpia”. También en esa época se reconstruyeron “las escolleras con piedras, lo que generó playitas como las de ahora, y el agua queda como encapsulada generando como ollitas”, señaló el vecino del Parque Camet.

Cargando con las sillitas como mochila, y acompañado por su mujer Roxana y sus hijos Ian y Federico, Tomás explicó que eligen las mencionadas playas “porque no viene nadie”. “Es todo como salvaje, y los chicos tienen lugar para correr”, dijo. Y reveló: “Las descubrimos por mis primos, porque viven por acá y siempre me decían de venir. Un día le hicimos caso y ahora ya nos hicimos habitués”.

Comodidades

Solo las cabinas de los guardavidas ocupan un espacio fijo en ese sector costero, ya que el único balneario que existe como tal en ese sector es el clásico “Luna Azul”, sobre la calle Beltrán. Todo lo demás es espacio público libre, con arena finita, que ofrece la vista de la costa recortada hacia el sur, con Cabo Corrientes y la escollera sur incluida. Para el norte se distingue el esqueleto del emisario submarino.

“Vivimos en Parque Luro y venimos en bicicleta, porque esta zona es divina, no hay nadie y las playas están silvestres, sin intervención”, señaló Gonzalo que, dependiendo del día, asiste con su mujer o alguno de sus hijos.
Aunque en menor densidad que los locales, también suele instalarse algún turista, tal el caso de Nelly y Oscar.

“Estamos en un departamento cerca, a dos cuadras de la costa, y las descubrimos casi por casualidad hace unos años. Y ahora venimos siempre”, contó el hombre oriundo de Lomas de Zamora.