“Amo que al resto le vaya bien para que a mi me vaya fantástico”
Lizy habla de todo. Repasa su año de trabajo y, siempre agradecida, recuerda las enseñanzas de su mamá. Se confiesa admiradora de Susana Giménez y cuenta cuál es el objetivo que busca con "Mi vecina favorita".
Lizy Tagliani, una de las actrices más taquilleras del verano, acepta una charla distendida. Protagonista de “Mi vecina favorita”, esta temporada comparte escenario con Diego Pérez, Iliana Calabró, Sebastián Almada, Christian Sancho, Magui Bravi, Florencia Prada y Macarena Rinaldi. Desde el Teatro Lido, apostó a la comedia de enredos para meterse en la inquieta Carla, un personaje que intenta ayudar a sus vecinos pero que, a la vez, no deja de meterse en líos.
“Mi objetivo para este año es hacer tres funciones por día, me encantaría, es la meta que tengo, un sueño lindo, tres funciones como las han hecho los grandes comediantes”, dispara a LA CAPITAL.
Por ahora va en camino a cumplir ese objetivo. “Mi vecina favorita” está entre las cinco primeras obras elegidas por el público durante la primera semana de enero, según la Asociación de Empresarios Teatrales. Poco competitiva, asegura: “Amo que al resto le vaya bien para que a mi me vaya fantástico, estamos en el mismo complejo teatral en el que están Como el culo y Enrique Pinti y te juro que digo ‘Dios quiera que la sala de ellos esté repleta, porque si ellos meten mil, un veinte por ciento va a venir a verme’. Uno se retroalimenta, cuando el sol sale, sale para todos”.
–¡Qué año tuviste, teatro, televisión, radio y de nuevo teatro!
-Sí, la verdad es que tuve un gran gran año, con la televisión, la radio con Santiago del Moro, la gira del show anterior con El show de Lizy, que este verano llevo por la costa… lo disfruto mucho, estoy contenta por la calidad y la cantidad de trabajo.
–Hablar de calidad de trabajo es hablar de desafíos personales.
-Exactamente, siento que sigue lo que era una especie de juego, sigo disfrutando mucho, pero sin que me haya preparado ni nada, sin que soñara ser actriz, lo fui descubriendo en el medio. Y ahora aprendo todos los días algo.
–¿De dónde sacás energía para emprender tanto trabajo?
-Desde que empecé en la peluquería. La peluquería es un oficio de horas, de horas de vuelo, nunca trabajé menos de quince horas. La peluquería fue un gran entrenamiento.
–¿Qué desafío implica esta comedia “Mi vecina favorita?
-El desafío fundamental, el más importante, es depositar el humor y la risa en mis otros compañeros, porque son grandes compañeros. Yo estaba acostumbrada a los unipersonales. No tengo problemas de convivencia, me llevo muy bien con la convivencia porque soy una persona tranquila. Ahora tengo que dejar en el otro parte del trabajo que hacía yo, ya no estoy sola, tengo que compartir ese liderazgo. Y este es un elenco con muchísima experiencia.
–Pasaste por el programa de Susana Giménez, ¿qué te aportó la experiencia?
-Fue super positivo. Conocí a una mujer encantadora y aprendí un montón en el sentido de tratar de escuchar al otro, con respecto al invitado. Recibíamos a una persona a la que teníamos que tratar de hacer una entrevista en forma de esquech. Experimenté y trabajé mucho la escucha. Escuchar al otro.
–¿Se trató sobre todo de improvisar entre las dos?
-Todo es improvisación, cuando buscábamos un hilo conductor de lo que íbamos a hacer nos encontrábamos para repasar en su camarín y terminábamos hablando de cualquier cosa, menos de lo que teníamos que hacer. Susana es una mujer muy intensa, muy espectacular, con una energía muy linda. Me gustó muchísimo trabajar con ella.
–Tenés una manera de llevar tu histrionismo muy parecido al de Susana, ¿coincidís?
-La verdad es que sí, no sé si es parte real de mi perspna o es parte adquirida lo de sentirse un poco Susana, porque desde muy pequeña la admiré. Me gusta su personalidad, muchas cosas de las que tengo la fui incorporando en una especie de imitación, por así decirlo. Así que no sé si es real en mi o lo incorporé.
–Es decir, la venís viendo desde hace tiempo…
-Desde siempre, desde el primer programa de Hola Susana, sus películas y toda su carrera, la sigo, siento una admiración que no es un fanatismo, es una empatía con su forma de ser y con su ángel.
–Cuando mirás para atrás y ves todo lo que lograste, ¿qué pensás?
-No soy una persona naturalmente nerviosa. Ni cuando me senté con Mirtha Legrand ni cuando fue el primer día en el Bailando por un sueño, ni cuando empecé a trabajar con Santiago del Moro. No tengo miedo ni nervios, no me siento ni más ni menos que nadie. Eso tiene que ver con lo que me decía mi madre: “Vos no sos ni más ni menos que nadie, sos una persona igual a otra”. Pero a veces estoy durmiendo, a la mitad de la noche me levanto y estoy diez minutos pensando en todo lo que hice, de donde vengo, desde mi infancia hasta hoy y ahí sí pienso “qué lindo todas estas cosas que me han pasado, qué bueno que las puedo aprovechar, qué bueno disfrutar porque en algún momento tal vez no estén”.
–¿Qué relación tenés con la comunidad trans?
-Al teatro vienen a verme la chicas trans, sobre todo cuando hago “El show de Lizy: Liberate”. Ahí trato de encontrarme con chicas, trato de acercarme para ver si puedo ayudar de alguna manera o con compartir algo. No me gusta ponerme títulos. Si a alguna persona le sirve o le da fuerzas mi vida y cómo vivo y las cosas que me han ido sucediendo y como las amorticé, bienvenido sea. Y si no me conformo con sacarle una sonrisa.
–¿Un deseo para este 2018?
-Tengo un deseo natural y constante, quisiera que todo el mundo tenga la posibilidad de cumplir un sueño, que las personas no pasen por esta vida sin decir “esto lo logré”.
Recuerdo que muchas veces vi en la mirada de mi madre que hizo de todo y que cumplió con todos, pero no pudo cumplir con ella misma.