Dio un paso gigante hacia la clasificación
Alvarado se impuso por 1 a 0 con gol de Escott en el comienzo del partido. Sacó siete puntos de ventaja sobre su rival, que está cuarto, con nueve en juego.
Escott celebra el único gol de la noche.
por Vito Amalfitano
Tuvo juego, tuvo pase y tuvo gol en la jugada que le allanó el camino a la clasificación. La asistencia quirúrjica de Francisco Molina, la definicion impecable de Escott. Tuvo arrojo y “timing” en la acción que le aseguró ese sendero. Una “barrida” providencial de Gastón Martínez cuando Federico Almerares se aprestaba a convertir el empate.
El pase-gol de Molina, el tanto de Escott, la “barrida” de Gastón Martínez, las claves para un paso gigante de Alvarado. Así el equipo de Mar del Plata se impuso en el Minella a un díficil Ferro de General Pico por 1 a 0, se afirmó como líder de la Zona 2 del Torneo Federal B de fútbol y quedó al borde del pase a la siguiente fase al sacarle siete puntos de diferencia a su rival, cuarto en la tabla, cuando clasifican tres.
Lo mejor para Alvarado, en un partido tan abierto, de propuesta jugada por jugada, fue acertar en una de las primeras. Había avisado con un gran centro de Patricio Escott y un cabezazo de Federico Susvielles, quien encontró bien parado al arquero. Pero también Ferro había inquietado con otro cabezazo, en este caso del marplatense Federico Almerares, demasiado solo, que se fue apenas afuera.
Pero el equipo de Mar del Plata llegó a la apertura a los 11 minutos de una manera muy lucida, con un preciso pase gol, “riquelmeano”, de Francisco Molina para el propio Escott, quien se abrió ante la salida del arquero y definió con toque justo contra el palo derecho.
Se podrá criticar que a partir de ahí Alvarado no se hizo sólido y que se mantuvo el ida y vuelta, y hasta conceptualmente es muy reprochable que le estuvieran a punto de empatar en dos contraataques a un equipo que está en ventaja, pero tiene que entenderse en el marco de la propuesta, saludable por cierto, de más valentía para jugar.
Dos veces Fassino salvó a Alvarado en esas réplicas y en otro par de oportunidades el arquero Mauro Beltramella respondió con eficacia ante la insistencia de un activo Almerares.
Todo el tiempo en los primeros 45 minutos se jugó al filo. A Alvarado solo le faltó un poco más de control. Le sobró volumen de juego, pero quedó expuesto demasiado en lo defensivo. Menos para reprochar, más para elogiar por la idea, por la forma de enlazar de Escott, por los encuentros con Susvielles y Molina, por el juego asociado.
Con el objetivo de sumarle orden a a la frescura y capacidad de generación de juego, y con el resultado parcial a favor, para la última media hora el entrenador de Alvarado Duilio Botella decidió el ingreso de Mauro Castro en reemplazo de Albarracín. Castro empezó a colaborar con Luengo y se rearmó un mediocampo con cuatro integrantes, con Escott más por afuera y Susvielles por el centro del ataque.
La meta no se cumplió de todo porque le siguieron llegando a Alvarado. Aunque esta vez sí tuvo un contraataque propio para liquidarlo, con otra asistencia impecable de Molina para Compagnucci, cuyo disparo, mano a mano con el arquero, se fue apenas desviado.
Pero también tuvo una clarísima Ferro sobre la media hora. Una vez más retrocedió muy mal Alvarado y quedó nuevamente Almerares para definir y en este caso salvó providencialmente el zaguero Gastón Martínez,- a lo Mascherano contra Holanda, para ser gráficos-, con el arquero ya a mitad de camino.
Esa “barrida” le dio la última bocanada de aire a Alvarado para después gritar bien fuerte un triunfo que lo deja al borde del primer gran objetivo. Tuvo juego y gol en el momento justo, y Martínez se convirtió en héroe cuando se le podía venir la noche…