El paro de 48 horas anunciado por Ctera y Suteba para todo el país y la provincia no fue la única razón por la que algunos establecimientos de la ciudad no pudieron iniciar las clases este lunes. En el caso de la escuela especial N°501 las lluvias vividas en los últimos días en Mar del Plata dejaron en evidencia problemas que alumnos, padres y docentes reclaman desde el año pasado.

El vicedirector del establecimiento, Daniel Sousa, aseguró que no pudieron dar comienzo al ciclo lectivo “nuevamente por tener un Estado ausente” y destacó que los graves inconvenientes edilicios que cuenta la institución ubicada en el Vertiz y Ruta 88 se replican en “muchas otras escuelas especiales como la 503, 512, 514.

En relación a los problemas concretos que cuenta la institución y afectan directamente a los 75 alumnos que cuenta la sede (matrícula que se eleva a 150 niños si se suman los que asisten a integración), el docente detalló: “Tenemos problemas de filtraciones en los cielos rasos, no contamos con baños en este momento, media escuela sin calefacción, instalaciones eléctricas precarias. Ya el Estado no está presente, solo estamos los docentes y las familias”.

Según indicó, en mayo del año pasado comenzaron a gestionar ante el Consejo Escolar una solución, aunque gran parte de los inconvenientes los vienen arrastrando desde el 2016.

“Desde el año pasado venimos gestionando ante el Consejo Escolar, nos hemos reunido con la presidenta del Consejo que nos prometió soluciones, pero hasta la fecha no ha venido nadie a hacer ninguna reparación”, reclamó.

“Los reclamos por este tema comenzaron en 2016, pero el 31 de mayo del año pasado tuvimos la audiencia con la presidenta del Consejo, que se nos prometió una solución. Luego de eso pasó a lo que es Dirección Provincial de Infraestructura Escolar y de ahí en adelante ha venido gente a ver pero nunca a brindar una solución”, agregó.

Sousa reconoce que “algunas reparaciones se hacen”, pero asegura que  ” o no las controlan o las hacen mal y no hay ninguna solución”.

En este sentido, recordó que unos años atrás se “hicieron los techos por un millón de pesos, pero a la primera lluvia filtró nuevamente”.

Así todo los alumnos de la escuela y los maestros siguieron asistiendo al establecimiento, lo que llevó a modificar algunas dinámicas de la institución con tal de garantizar el servicio. “Trabajamos con chicos que están aprendiendo a usar el baño y sobre control de esfínter y sólo había un baño. Y como estábamos con media escuela sin calefacción, ese mismo baño era el que se usaba con las preceptoras para los chicos que necesitaban ser cambiados. O sea que las demoras para ingresar al baño eran una falta de respeto y una vulneración a los derechos de nuestros alumnos”, cerró.