Alexis Matteo, un hijo dilecto de Alvarado, volverá al club donde hizo todas las inferiores como futbolista, pero ahora para conducir en el rol de entrenador la próxima campaña en la Primera Nacional de fútbol.

El DT, hoy de vacaciones junto a su familia, arribará el sábado a Mar del Plata para involucrarse con el proceso de armado del plantel y diagramar una pretemporada que comenzaría en los primeros días de enero.

En los últimos días, detrás de bambalinas, hubo ciertos indicios de normalización institucional que le dieron al entrenador un margen de previsibilidad para aceptar la oferta que le hicieron llegar desde el club.

Alvarado hoy no tiene autoridades elegidas y está convocada una Asamblea para el próximo viernes 3 de enero en la que se constituiría una Comisión Normalizadora para comandar una transición antes de una convocatoria a elecciones en tanto se resuelve la cuestión de la personería jurídica.

Sin embargo, el club no está paralizado, ni mucho menos. Hay quienes piensan y comenzaron a trabajar en la formación de la próxima Comisión Normalizadora.

Corrió el rumor de una eventual incorporación del empresario Cristian Otero, exfutbolista del club y que compartió todas las divisiones inferiores con el DT electo. Sin embargo, el propio Otero se lo desmintió a este medio. “Colaboraré como hincha, hoy Alvarado necesita de la colaboración de todos. Pero de ninguna manera me sumaré en algún lugar de gestión o integraré comisión alguna”, dijo.

No obstante, varias fuentes aseguraron a este medio que la próxima Comisión Normalizadora tendrá uno o más integrantes de la Comisión Directiva que concluyó su mandato en el último mes de octubre. Una noticia que tranquilizó a muchos y que mantuvo en pie el proceso de armado del equipo.

Es que el manager Gustavo Gatti y el secretario técnico Gustavo Noto siguen en funciones y trabajan en la constitución del próximo plantel. El presupuesto para el fútbol profesional será escueto, nuevamente uno de los más bajos de la categoría. Poco, pero una base para comenzar a negociar.

Mientras se trabaja para sumar recursos, hay quince futbolistas con contrato para el próximo año que conformarán la base del próximo plantel de “Piki” Matteo: los arqueros Julián Lobelos (vuelve de su préstamo en Acassuso) y Agustín Zapata, los defensores Tomás Fernández, Agustín Irazoque (retorna de su cesión a Barracas Central), Lucas Monzón y Agustín Aleo, los mediocampistas Alan Palavecino, Diego Becker, Sebastián Jaurena, Matías Mansilla, Ramiro Makarte y Joaquín Ochoa Giménez, y los delanteros Leandro Moreira y Marco Miori. Y podría quedarse algún jugador más cuyo vínculo vence el 31 de diciembre.

El panorama, hoy, es más alentador que el de una semana atrás cuando Gabriel Gómez llegó a Mar del Plata para firmar su renovación como entrenador y se encontró con que Ricardo Liceaga Viñas había desistido por segunda vez de su propósito inicial de conducir el club.

La vuelta de un hijo pródigo

Alexis Matteo, representado ahora por la empresa de Juan Carlos Menseguez, exjugador de River, cumple de esta manera uno de los sueños de su carrera. “Piki” nació como futbolista en Alvarado. Integró sus divisiones inferiores desde los seis años y en su primer año en la primera división integró el plantel que, conducido por Norberto Omar Eresuma, ganó el título de 1997 de la Liga Marplatense.

Después vino su pase a Quilmes, donde hizo casi toda su carrera como futbolista. En el club de Luro y Guido hizo los primeros “palotes” como entrenador en sus divisiones inferiores antes de pasar a Aldosivi.

Mientras trabajó en las formativas del club portuense entabló amistad con Sebastián Pena, quien lo tentó para formar un cuerpo técnico. Como ayudante de campo de “Tomatito”, tuvo su primer contacto con el profesionalismo en San Martín de Tucumán.

Luego regresó a la ciudad para asumir la conducción de Círculo Deportivo. En el club otamendino logró el torneo de la LMF en 2017 y en el Regional Amateur 2019 lo condujo al ascenso al Torneo Federal en una recordada definición en Río Gallegos frente a Boxing Club.

Aún con muchas estrecheces, antes de la interrupción por la pandemia de la primera campaña “papera” en el Federal, estaba fuera de zona de descenso y el equipo jugaba razonablemente bien de acuerdo a los recursos con los que contaba. En Otamendi todavía lo extrañan.

Esa temporada le permitió poner pie en el Torneo Federal y condujo a Juventud Unida Universitario de San Luis y a Ferro de General Pico. Hasta que le llegó la posibilidad de conducir en la temporada anterior de la Primera Nacional a Estudiantes de Río Cuarto, donde tuvo un gran arranque que el equipo luego no pudo sostener.

Durante todo este tiempo jamás dejó de ser hincha y de interesarse por la suerte del “Torito”. Ahora sus caminos vuelven a unirse en un momento delicado y estará sentado en el banco de suplentes cuando el equipo visite al ascendido Colegiales en la primera fecha del próximo torneo.