Terminó el receso, el despertarse un poco más tarde, aprovechar la playa a la mañana o disfrutar de la colonia de verano. Volvió el hábito de madrugar, ponerse el guardapolvo o el uniforme, agarrar la mochila e ir al cole. Más de 145.000 estudiantes de todos los niveles educativos empezaron este viernes las clases en Mar del Plata y las aulas volvieron a llenarse de docentes, alumnos y momentos de aprendizajes.

El ciclo lectivo 2024 se inició con una jornada soleada y un poco fresca, aunque en un día verdaderamente atípico, un viernes. “Ahora voy al cole pero después dos días descanso”, comentó Román antes de entrar a la escuela con su mochila de colores y sus zapatillas blancas, para empezar segundo grado.

En toda la provincia de Buenos Aires, según la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense, 2.635.000 alumnos de los 135 municipios comenzaron este 1° de marzo las clases en los niveles inicial y primaria y del primer grado del secundario, en tanto que otros 1,7 millones de estudiantes del segundo a sexto año de la secundaria volverán a las aulas el miércoles 6 de marzo.

En Mar del Plata, las puertas de todos los establecimientos educativos municipales, provinciales y colegios privados se llenó este viernes antes de las 8 de cientos de chicos y sus familias para afrontar juntos el primer día de clases, una jornada muy especial que entremezcló ansiedad, nervios y momentos de alegría tanto para los alumnos como para los padres e incluso los equipos docentes.

LA CAPITAL acompañó la vuelta a clases en el establecimiento más antiguo de Mar del Plata, la Escuela N°1 Pascuala Mugaburu, ubicada en 25 de Mayo entre San Luis y Mitre.

En la puerta hubo miles de selfies para registrar el momento de empezar las clases, lágrimas de madres emocionadas por dejar a sus hijos en primer grado, abrazos y reencuentros entre compañeros, sonrisas, caras de dormidos y también algún berrinche producto de los nervios.

Minutos antes de las 8, la vicedirectora de esta emblemática institución educativa de la ciudad, Karen Millan, abrió las enormes puertas del edificio, sobre las cuales un gran cartel lo dice todo: “La escuela empieza cuando vos llegás”.

La vicedirectora le dio la bienvenida a las familias, mientras algunos alumnos apuraban el paso corto con sus mochilas para llegar a tiempo. El portero, amablemente, tuvo consideración con algunos que llegaron un poco tarde. Después de todo, fue el primer día.

Divididos por grados, todos los alumnos y las alumnas ingresaron con sus padres a la escuela, donde formaron filas junto a la bandera argentina y luego compartieron un breve acto -con la ceremonia de la bandera incluida- al aire libre en el patio , momento previo al inicio definitivo de las actividades en las aulas.

Bajo el sol se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino y la “seño” Claudia leyó un texto inspirador sobre la importancia de volver a clases.

Tras presentar con alegría y orgullo a todo el equipo docente y auxiliar de la Escuela Provincial  N°1, la vicedirectora comentó a LA CAPITAL que este ciclo lectivo empieza “con muchos objetivos positivos”, pero sobre todo con “el deseo de que los niños y las niñas sean capaces de reflexionar, de volver a la escuela, a reencontrarse con sus rutinas”.

“Es cierto que la escuela nos estructura un poquito, pero también nos genera rutinas que nos hacen transitar el día a día de una manera positiva, diferente, especial”, resumió Karen, feliz por empezar el ciclo lectivo.

Karen Millan, vicedirectora de la Escuela Municipal N°1.

“Este año tenemos nuevas docentes, algunas se han ido y otras nos siguen acompañando hace muchos años. Nos enorgullece este equipo”, agregó.

Ya con el sol elevando la temperatura, poco a poco las aulas volvieron a llenarse de pequeños alumnos, guardapolvos nuevos, mochilas de todas formas y colores, útiles, cuadernos con hojas -todavía- en blanco, ruidos, gritos, corridas en los pasillos, algunos retos, carteles didácticos en las paredes y tiza en los pizarrones.

Muchos de los padres “primerizos” que dejaron por primera vez a sus hijos en la escuela tomaron fotos y selfies hasta último momento para guardar en la memoria la imagen de este día tan especial. “No puedo creer que ya esté en segundo grado”, comentó una joven mamá, emocionada al salir de la escuela, pero a la vez “tranquila” por saber que su hijo queda en manos de docentes que “dan todo” por los alumnos.

Tras permanecer más de dos meses en silencio y sin movimiento, las aulas volvieron a llenarse con la llegada de los chicos en el inicio de este ciclo lectivo; un año más de clases, otro año para aprender, crecer y construir futuro. De la quietud, al ruido y el movimiento. Y es que como bien señala el cartel en la entrada al establecimiento más antiguo de Mar del Plata, “la escuela empieza cuando vos llegás”.