por Víctor Molinero

Disputadas cinco fechas de la Copa de la Liga Profesional, el Aldosivi de Fernando Gago navega en un marco de irregularidad, buscando una identidad futbolística que no termina de surgir a partir de errores puntuales dentro y fuera de la cancha.

El viernes, en la derrota como local ante Central Córdoba (1-2), todo eso afloró en 90′.

Así, hubo pasajes de buen juego en el primer tiempo, errores individuales que terminaron con goles santiagueños y algunas decisiones del cuerpo técnico que no ayudaron en el complemento, donde la confusión entró en escena.

De entrada, como había sucedido en Avellaneda contra Racing, Aldosivi tuvo durante el primer tiempo el viernes una buena circulación de balón, fluidez en el juego y momentos prometedores.

Con Gastón Gil Romero funcionando como aduana desde su posición de volante más retrasado, con Emanuel Insúa siendo salida clara y permanente por izquierda, con Francisco Grahl y Gastón Lódico tocando de primera al momento de cruzar la mitad de la cancha y con Federico Andrada que cada día parece jugar mejor. Con el manual del 9.

Sin embargo, los dos encargados de desequilibrar por las bandas, Lautaro Guzmán y Malcon Braida, los cordobeses que están capacitados para desarmar defensas con su gambeta, no estaban finos.

Y para peor Emanuel Iñiguez, a quien no se lo ve tan cómodo como zaguero, cometió un error garrafal al fallar un pase fácil y le dejó el gol a Leonardo Sequeira.

No obstante, Aldosivi pudo reaccionar rápido y empató con un cabezazo de Andrada que cerró una buena maniobra colectiva. Cinco goles en cinco partidos para el delantero que atraviesa un gran momento.

Entonces el equipo de Gago retomó las riendas del juego. Faltó punch al llegar a tres cuartos de cancha. Pero cuando sobre la media hora Central Córdoba se quedó con un hombre menos por la expulsión de Dixon Rentería, cualquiera podía imaginar que, con paciencia, esos espacios que estaban apareciendo iban a surgir con mayor facilidad.

Sin embargo, sobre el final, otro error propio (en este caso de Luciano Pocrnjic) terminó con la pelota dentro del arco marplatense.
En el entretiempo Gago metió mano en el equipo y no ayudó. Porque cuando decidió sacar a Iñiguez (aseguran que con un golpe) optó por hacer un enroque de posiciones en vez de incluir un reemplazante natural como Mario López Quintana o Jonathan Schunke, los dos centrales que aguardaban en el banco.

Así el técnico cambió algo que venía bien. Porque retrasó a Gil Romero a la zaga e incluyó a Leandro Maciel como cinco “tapón”.

Los cambios que siguieron, más lógicos es verdad, tampoco sirvieron para modificar la ecuación. Por el contrario, con un Central Córdoba bien plantado atrás (quedó con un 4-4-1), Aldosivi no tuvo ideas para incomodarlo.

Pese a tener un hombre más, la pelota y el campo a disposición, a Aldosivi no se le cayó una idea. Apenas quedó como dato saliente el debut del pibe Manuel Panaro, quien con 19 años se mostró con buenas intenciones para intentar desbordar sobre la izquierda.

En ese segundo tiempo Aldosivi se pareció al del primer partido con Godoy Cruz. Con la pelota en su poder pero sin saber demasiado qué hacer con ella. Inofensivo pese a estar instalado con mucha gente en campo rival.

En definitiva, entre los errores individuales del primer tiempo y los de concepto del segundo, otra vez el equipo de Fernando Gago se quedó con las manos vacías.

Deberá potenciar sus buenas intenciones y corregir esas fallas para no seguir perdiendo terreno en una tabla de los promedios que surge amenazante pensando en el segundo semestre.