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Cultura 6 de junio de 2016

Al rescate del premio Nobel de Literatura 1901 Sully Prudhomme (1839-1907)

El poeta del corazón roto

Por Dante Rafael Galdona
Twitter @DanteGaldona


El primer premio Nobel de la historia fue con polémica, como muchos otros. Un poeta que cayó en el olvido pero que justifica su premio con un solo poema, sólo veinte versos en cinco estrofas.

Prudhomme versus Tolstoi

En el año 1901 nadie imaginaba la repercusión que iban a tener los premios Nobel. En ese primer año, seguramente, las aspiraciones de las autoridades encargadas de llevar a cabo el pedido de su mentor, Alfred Nobel, no suponían la dimensión política que iba a alcanzar el galardón. Pero si algo acompañó a los premios Nobel desde la primera entrega, al menos en los de literatura, fue la polémica. Sin expectativa de ser taxativos, se puede asegurar que en todos hubo polémica, en algunos casos justificadas, en otros la grandeza del premiado achicó el campo de las disputas. García Márquez es un ejemplo de los indiscutidos. El caso de Prudhomme está en las antípodas. Posee la rara estadística de ser el primero y la incomodidad de la crítica. Claro, en la otra esquina está sentado Tolstoi. Y, en perspectiva histórica, el combate es desparejo. Pero la cuestión es que ganó Prudhomme, no se sabe si por puntos, por nocaut o con ayuda del árbitro.
Así, al nacimiento polémico del premio lo siguió un no menos polémico desarrollo.
Prudhomme nació en Francia. Pertenece al país que más poetas trajo al mundo. Si bien podemos aceptar que la polémica es válida también podemos decir que algo debe tener este poeta para justificar su premio. Y sí. Algo tiene.
Su biografía indica que sus inclinaciones primarias fueron hacia la ingeniería y el derecho, pero algunos problemas visuales le cambiaron el rumbo hacia el lado de la poesía.
Gracias a la notoriedad que obtuvo por el premio Nobel, se le otorgó un lugar en la academia francesa.
Murió en el año 1907 y de él, de su vida, poco queda. Que combatió en la guerra franco prusiana y que padeció toda la vida las secuelas de una parálisis. Que donó su dinero al fomento de la publicación de escritores noveles. De su obra, algunos ensayos y otros poemas que asombraron en su momento y que hoy están sepultados, algunos más arriba y otros más abajo, entre los demás libros de sus contemporáneos.

El arte por el arte

Se vinculó al parnasianismo, una escuela literaria que en parte se mantuvo en las antípodas del realismo y el naturalismo y en parte surgió como una evolución del romanticismo. Más que evolución, superación. Y antecede al surrealismo, movimiento en el que cayeron casi todos sus exponentes. El parnasianismo toma su nombre de la revista literaria en la que Prudhomme y sus compañeros de escuela publicaban sus textos, “Le parnasse contemporaine”.
Cercanas y hermanas del positivismo, las ideas centrales del movimiento apuntaban a evitar completamente el desmolde de los poemas. La forma adquiriría una importancia fundamental en el momento de la creación. Con rimas y métricas cuidadas al exceso y donde la poesía contenidista dejaba lugar a la poesía formal.
El arte por el arte era el lema basal y con ello explicaban que la creación estética debía supeditarse a la objetividad y no podía de ningún modo aceptar influencias políticas, sociales ni religiosas. El concepto de arte, para el parnasianismo, era absoluto, el arte era un fin en sí mismo. Un mundo donde la poesía lideraba el movimiento artístico general, un mundo conformado por vestigios del mundo real a través de descripciones precisas y partes de un mundo imaginario donde el poeta depositaba su inspiración, su trabajo. El verso preciso, concreto, calculado y cuidado con rigor formal era el canal donde esas ideas circulaban. El poeta, el creador, era un instrumento del arte.
En este universo lleno de reglas precisas ciñendo al arte, dejando el movimiento natural de la creación sin espacio para la fuerza de vida libre, encontramos el problema de las traducciones. Eso explica en parte, sólo en parte, las posibilidades limitadas para su vigencia, al menos en otros idiomas. Es que al ya complicado punto de encuentro del arte con el artista, debemos sumarle la necesidad de un buen traductor. La formalidad precisa y establecida en cierto idioma elimina completamente la posibilidad de trasladar el todo artístico que un poema representa en su original. El traductor debe tener una capacidad poética similar o superior al creador para poder llevar la expresión de un idioma a otro sin perder el sentido intrínseco de las palabras. Las formas ya se pierden con la sola idea de la traducción, y cualquier traducción, si bien necesaria, en literatura es una tragedia. Más aún en una literatura que hace de la forma una regla inquebrantable. La musicalidad, la rima y la métrica son víctimas de la traducción. Y el nuevo poema, el traducido, no es más que un cuerpo roto que apenas agoniza en el nuevo idioma.

Cómo se rompe un corazón

Con melancolía por momentos y con alegría por otros, sus poemas transcurren en la paz y la serenidad de la vida, ahuyentando casi siempre al pesimismo y al nihilismo.
Considerando a la poesía como el arte por supremacía, intentó traspasar pensamientos y sistemas filosóficos al arte a través de ella. De tales experimentos resultan varios de su libros que lo acompañaron a la puerta del olvido. Por momentos esos libros se tornan tan pesados como inentendibles y aburridos. Con varias teorías científicas intentó hacer lo mismo. Y ya nadie le prestó atención.
Pero sucede que lo más trascendente de Prudhomme resulta ser un poema anterior a su etapa parnasiana, “El Vaso Roto”, también traducido como “El Jarrón Roto”. El poema más hermoso jamás escrito acerca del desamor.
Si la polémica en el origen del premio Nobel de Literatura se debe a su obra, este poema le suma puntos a la cartilla de Prudhomme. Si somos de la idea de que una sola obra de arte justifica un premio tan grande, “El Vaso Roto” es esa obra. Nunca antes ni después hubo una forma tan precisa, original y visual de describir cómo se rompe un corazón. A quienes algunas vez nos rompieron el corazón nos queda este poema para explicar lo que en ese momento sentimos.