esde Córdoba

Más allá de la fiesta que brindó la gente, y del amor dispensado a Lionel Messi, una pena que la Selección Argentina de fútbol llegue al interior del país en eliminatorias de esta manera. Una saludable idea queda empañada por el capricho de jugarse dónde no se puede, o por la desidia de quienes debieron haber dejado el escenario en condiciones.
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Desde ya es muy bueno que la Selección no solo atienda en Buenos Aires, pero es una picardía que la experiencia se lleve adelante en estas circunstancias. Es verdad que los profesionales de la AFA y de la Agencia Deportes hicieron un gran esfuerzo en los últimos días para mejorar el verdadero “chiquero” en el que se había convertido el campo de juego del Estadio Mario Alberto Kempes tras los recitales de Iron Maiden y Maná y como se vio durante el partido Belgrano?Vélez. Pero igualmente no pudo quedar en las mejores condiciones y particularmente un sector del campo, en el centro hacia un lateral, se mantuvo anoche como un “pisadero” sin nada de verde.
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La prueba de “demarcación” del sector deteriorado la dieron las palomas que se posaron allí en gran número desde muy temprano para devorarse las semillas que de apuro se colocaron para un imposible “sembrado express”. ***
“Parece la playa de Copacabana”, había dicho el propio Mario Kempes, sobre la arena en el campo del estadio que lleva su nombre. “Yo acepté que le pongan mi nombre al estadio, es un honor, pero no soy el jardinero”, ironizó el goleador y figura de la Selección Argentina campeona del mundo del 78.
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Pero no solo fue el campo de juego el problema, que, al cabo, en parte, estuvo transitable. Pero más allá de la buena voluntad de la Agencia Deportes Córdoba en la atención del periodismo, y del amplio sector que el Kempes tiene para la prensa, con gran disponibilidad de pupitres, la zona lució abandonada, sucia, deteriorada, con respecto a la última Copa América, cuando el estadio se puso a tiro de “normas FIFA”. Pero incluso la presentación es mucho peor que en los últimos Superclásicos Boca ? River del verano.
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Trabajamos sobre un sector sucio, con algunos pupitres rotos, y ni que hablar del estado de los baños para el periodismo.
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Se sabe que este partido se juega en Córdoba por una “sugerencia” del presidente de la Nación, probablemente por una “devolución de favores” al gobernador De la Sota. Y se insistió en el capricho de la disputa aquí, pese a que se sabía que, entre otras cosas por los recitales, no iba a estar en las mejores condiciones.
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Por lo que pudo averiguar LA CAPITAL la intención en AFA es que “siga la gira”. Que la Selección vuelva a jugar en el interior algunos de los próximos partidos de eliminatorias. Incluso se dice que habrá presiones, ahora que “se abrió el grifo”, de otros gobernadores.
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El siguiente encuentro de Argentina por eliminatorias es con Uruguay, a fines de agosto. La cuestión es que las alternativas no son muchas por las “normas FIFA”, por la amplitud que tienen que tener los estacionamientos, por la disponibilidad para prensa y protocolo. Hoy en el interior los estadios que reúnen esas condiciones son este de Córdoba (si estuviera limpio, cuidado y con el campo de juego en buen estado), el Unico de La Plata y en menor medida el de Mendoza.
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En cuanto a la cancha de River, el escenario natural e histórico de la Selección Argentina, si se lo compara con la última experiencia de eliminatorias, cuando se inundó para el partido con Brasil, no sale muy favorecida. Pero si nos remitimos al último gran espectáculo allí, el Superclasico River?Boca, el estadio Monumental lució impecablemente en todos sus aspectos. El campo de juego, la limpieza y funcionalidad de sus instalaciones, la atención a la prensa, las conexiones de internet, los accesos.