Nunca expresé de manera pública absolutamente nada de lo que pienso (y pienso mucho) de la conducción municipal. Es un gobierno elegido democráticamente y sus votantes tienen el derecho al inicial entusiasmo de todas las gestiones y no es agradable ser un aguafiestas. Pero el tema del que se trata…nada menos que de la existencia de grupos neonazis ejerciendo actos violentos en la ciudad, me exime de más reparos.
Si el intendente opina que se trata de “un hecho policial como cualquier otro” me asiste el derecho a pensar que no tiene en cuenta el riesgo de inocular a una sociedad con el germen -aunque sea embrionario- de una ideología que provocó el mayor desastre humano de la historia.
Si el intendente dice que su misión es “la de administrar, no la de juzgar” pues debo decir que ignora lo que significa ser el jefe político de una ciudad. Ningún…absolutamente ningún hecho que afecte al conjunto de la sociedad de la ciudad que él gobierna puede serle ajeno.
Pero si no fuere este concepto suficientemente abarcativo de su “misión” debo decir que no en una sino en reiteradas oportunidades expresó que la comunidad marplatense se quedara tranquila ya que él en persona ejercería el gobierno del área de Seguridad (cosa sobre la que se siente idóneo e infiero que muy a gusto) luego de los tropiezos con las designaciones frustradas en esa Secretaría.
El intendente minimiza el encuentro que su secretario de gobierno, doctor Alejandro Vicente, y la directora de DDHH tuvieron con la última víctima de estos canallas. Dice que “ellos escuchan a las personas y luego explican”. Poco favor le ha hecho a sus funcionarios, rebajando la atinada decisión de involucrarse en el tema diciendo que fue casi un hecho burocrático más. Que yo sepa no se recibe a víctimas de un hecho policial cualquiera en el Concejo Deliberante con la presencia de sus autoridades.
“No conozco a esas personas” dice refiriéndose a los señalados como responsables de los ataques. Debería. Si yo fuera él y estuviera injustamente sospechado de protegerlos me hubiera tomado el trabajo de averiguar quiénes son. Yo lo hice. Me bastó con hacer un click en internet y leer la denuncia de La Asamblea por una Sociedad sin Fascismo, donde figura la lista de sus nombres y la lista de causas abiertas en Tribunales. Claro, el intendente presume de no utilizar ninguna tecnología virtual. Si quiere yo le imprimo esa información y se la mando.
Creo que al intendente hay que ayudarlo. Quienes estén cerca de él deberían decirle que, sin hacer ningún overacting, sería bien visto que exprese su inequívoco repudio al accionar de los violentos para definitivamente enterrar esa difamante e histórica acusación de que tiene simpatías por el nazismo.
