Ahorrando en ladrillos
Por Gustavo Crego
Escribano
Nos cansamos de escuchar y leer sobre la crisis del sector de la construcción. Tanto martilleros, escribanos y constructores siguen hablando de lo mal que está el sector; y creo que se convierte en un espiral de mala expectativa y de nefasto futuro, siendo que lo único que trasladamos es, el sentimiento de depresión del sector.-
En realidad habría que resaltar que en las últimas décadas el mejor ahorro, la mejor reserva lo ha sido la construcción o el ladrillo.
Distingamos la inversión como ahorro o resguardo de valor, con la inversión como renta. Es fundamental dicha diferenciación, pues en este enfoque, valoraremos la inversión inmobiliaria como resguardo del capital y su actualización comparada con otras inversiones.
La rentabilidad que pueda dar un inmueble en locación, ha variado tanto con relación al valor del bien, como tantas crisis tenemos a lo largo de nuestra corta historia. En un inmueble valuado en una suma determinada de dólares, su precio locativo en pesos ha diferido continuamente con relación al valor del bien en dólares.
Históricamente, se ha dicho que “el ladrillo” es un refugio de valor; pero como bien lo definen algunos analistas, como Marcos Juejati (NorthBaires) no sólo es un refugio de valor sino un multiplicador de valor.
Un análisis deL Forum “Construya” expresa que entre 1997 y 2019 el precio del metro cuadrado en dólares subió 16,50%, mientras que un plazo fijo, perdió un 41% en dólares y el dólar billete, logicamente no registró cambios.
Esto quiere decir que quien guardó dólares en efectivo perdió riqueza en relación a quien compró inmueble.
Quien ha comprado inmuebles a largo plazo ha obtenido un mayor beneficio que quien guardó los dólares.
Podemos sumar a esto varias variantes de cultura y comportamiento social, que nos lleva a ratificar este criterio.
Culturalmente lo primero que hemos aprendido de nuestros progenitores y ellos de los suyos, es que “la casa” la inversión en ladrillos, ha sido siempre la mas segura, la mas tranquila y la que ha otorgado a la familia mayor respaldo.
Dicha inversión además de ser mas conservadora que las demás, nos ha dado a través del tiempo mayor tranquilidad; pues nuestro país ha pasado por cepos, retención de dólares y conversiones de divisas a pesos; lo que nos hace no sentirnos cómodos o tranquilos con otras inversiones.
No descartamos que un riguroso seguimiento de distintas inversiones, o la diversidad de un portafolios de inversiones harán mas redituables un conjunto que una única inversión inmobiliaria; pero si nos referimos al inversor individual, a la media del ciudadano argentino, que sólo quiere amparar sus ahorros y seguir trabajando; el camino más sencillo, mas claro, sin intermediarios ni operadores, será la inversión en ladrillos.
No podemos dejar de reconocer que la rentabilidad de la mayoría de estos bienes no tiene relación entre en el valor del bien y el precio de la locación; pero si nosotros analizamos que la inversión en sí a través de los años, dará un beneficio mayor que otras; y que con el monto obtenido por la locación del bien, podemos mantener y cubrir el costo impositivo del inmueble; el resultado será siempre positivo y en ganancia con relación a otras inversiones.
Es fundamental no caer en el circulo vicioso de quejarse del estado de las cosas y del retraso y de la crisis del sector.
Es fundamental también, con índices, generar comunicación a la gente para que sepa que la inversión en ladrillo es más segura, ha dado más ganancia; y al no ser una inversión especulativa, pone en marcha y es una de las industrias que mas fuentes de trabajo genera.
De las crisis se sale además de produciendo, generando estados de ánimo que hagan confiar a la gente. De nada sirven en estas épocas, no fomentar lo que sabemos ha sido, en nuestro país, a través de su historia, una garantía de inversión.