Un hombre que ocasionalmente había alquilado un departamento del edificio céntrico cuya portera fue asesinada a golpes en la primera semana del mes de septiembre quedó acusado de ser el autor del crimen.

La detención de Carlos Juárez (49) se convirtió en la cuarta persona detenida del expediente que trata de esclarecer el homicidio de Mirta Zabalegui (68), aunque las tres anteriores ya habían quedado desvinculadas del hecho.

El fiscal Leandro Arévalo y el juez de Garantías, Daniel De Marco, entendieron que distintas pruebas se unificaban para componer una incriminación sólida contra Juárez, quien ya compareció y mencionó que solo “entregó” a la víctima.

Desde el mismo inicio de la investigación, el nombre de Juárez había quedado en el centro de la escena ya que era la persona que había subalquilado el departamento del sexto piso ocupado por dos hombres y una mujer trans de nacionalidad peruana.

Solo dos días después del crimen las tres personas extranjeras fueron detenidas (en su poder tenían droga) porque algunos testigos aseguraron que habían ofrecido un cambio de dólares a la víctima. La mujer, vale recordar, tenía pensado efectuar un viaje, por eso la necesidad de cambiar billetes y, precisamente, fueron sus ahorros en dólares los que él o los asesinos se robaron.

Los dos hombres y la mujer trans peruanos apenas ocuparon por unos días el departamento del mismo edificio en el que Zabalegui era encargada. Incluso lo dejaron días antes del asesinato, ya que fueron también víctimas de un engaño. Al parecer Juárez, que posee antecedentes por “estafa”, les subalquiló por 2 años el departamento del sexto piso que él solo había alquilado por cuatro días. Cuanto se venció este plazo, las tres personas peruanas debieron abandonar el inmueble.

Los investigadores establecieron, casi al mismo tiempo que desestimaban la participación de los peruanos, que Juárez había charlado con Zabalegui en ese único día en el que estuvo en el edificio (asistió solo para mostrar el departamento) y que podía estar más vinculado al crimen que los mismos tres detenidos.

Zabalegui fue asesinada a golpes el 6 de septiembre último en su departamento del primer piso de Bolívar 2306. Ese viernes la mujer recibió la visita de una persona conocida, conclusión a la que arribaron los investigadores tras analizar la escena del crimen.

A partir de ese dato y de los faltantes en la casa se trazaron distintas hipótesis, aunque todas ellas tenían en común la sustracción de los dólares. Así fue como el foco se colocó sobre los ocupantes del departamento del sexto piso, primero a las tres personas peruanas y luego a Juárez, el hombre que les subalquiló ilegalmente.

El viernes pasado, cuando la policía le fue a entregar una notificación para que supiera que lo estaban investigando (artículo 60 del Código Procesal Penal), Juárez iba en un automóvil y llevaba y un arma de fuego. Ante esa situación fue detenido y puesto a disposición del fiscal Eduardo Amavet, pero el fiscal Arévalo aprovechó esa circunstancia y lo imputó del homicidio.

Además de los testimonios que el fiscal ya tenía y que coprometían a Juárez se agregó el video de una cámara de seguridad que muestra una camioneta en la puerta del edificio. Ese vehículo, estacionado en la hora que se cree que fue asesinada la mujer, era de uso de Juárez.

En un principio Juárez se negó a declarar, pero el lunes finalmente lo hizo por el delito de “homicidio” y entonces relató que él solo había llevado a otra persona que fue la ingresó al departamento y mató a Zabalegui.

La identidad y localización de ese presunto segundo implicado ahora es prioridad de la policía.