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Policiales 12 de febrero de 2016

Acusado por robo al lado de la comisaría es uno de los asesinos de Cufré

Tiene 17 años y fue sobreído porque al momento del crimen del taxista, ocurrido el 24 de septiembre de 2014, era inimputable. El martes, cuando se registró el nuevo asalto, debía estar bajo arresto domiciliario por otro hecho.

El peor día en la vida de Valeria Cufré fue el martes 24 de septiembre de 2014. Su padre Rubén, un taxista de 56 años años, era asesinado aquella noche por dos menores, durante un asalto en el barrio Centenario. Hoy, uno de esos delincuentes vuelve a ser noticia por un caso tan osado como insólito: es el principal acusado por el robo cometido en una casa ubicada nada más y nada menos que al lado de una comisaría. La quinta.
El últimos de estos hechos causó la sorpresa del mayor de los incrédulos. Ocurrió el martes, pasadas las 22, cuando los dueños de la vivienda ubicada en Puán al 2200 cenaban en la vereda. Tres ladrones armados, y con inédito atino, los sorprendieron y obligaron a ingresar a la casa.
Después de unos minutos, tomaron dinero y algunos objetos de valor y huyeron a bordo del automóvil marca BMW de las víctimas pese a los disparos de un aletargado efectivo policial que había sido advertido del asalto por un vecino.
Tal vez por el impulso vocacional de rutina, o más por un arrebato de lógica vergüenza, los uniformados investigaron el hecho con asombrosa celeridad. Y rápidamente consiguieron también una orden de allanamiento para una propiedad ubicada en el barrio Centenario.
La autorización del operativo por parte de la Justicia de Garantías llegó tras conocerse la palabra de un testigo, quien aseguró haber visto al principal sospechoso abandonar el BMW minutos después de ocurrido el asalto a los vecinos de la comisaría. Además, el acusado no era desconocido para los miembros de la fuerza: se trataba de uno de los dos menores que asesinaron al taxista Rubén Cufré, uno de los crímenes que más conmovieron a la sociedad en los últimos tiempos.
Y el resultado del procedimiento fue positivo para la investigación: ayer por la mañana, una vez que ingresaron a la casa del adolescente de 17 años, los efectivos policiales encontraron distintos objetos similares a los robados el martes por la noche. Luego, fueron las propias víctimas del asalto quienes reconocieron como suyos un anillo, un reloj y un teléfono celular hallados en la vivienda allanada.
De inmediato, los pesquisas dieron intervención en la causa al fiscal de menores, Carlos Russo, quien ordenó la aprehensión del sospechoso en base a las pruebas que se habían presentado durante la veloz y eficaz investigación. Sin embargo, el caso quedó a cargo de su par, Walter Martínez Soto, quien estaba de turno cuando sucedió el robo.

Adolescente peligroso

La sorpresa no acabó allí para los investigadores. Según revelaron fuentes de la investigación a LA CAPITAL, el menor aprehendido debía estar bajo arresto domiciliario el mismo martes a la noche. Y la ausencia en su casa al momento del asalto contra los vecinos de la comisaría, había sido incluso confirmada por los operadores encargados de monitorearlo durante esa jornada.
Es que el joven, considerado peligroso por la Justicia de Menores, no solamente tiene como antecedente haber conducido la motocicleta con la que, junto con su cómplice -otro adolescente-, escaparon tras asesinar a Cufré. También había cometido antes, y siguió cometiendo después, diferentes asaltos violentos. De hecho, debía cumplir el arresto domiciliario “nocturno” (de 20 a 8) que habría vulnerado el martes, por uno de esos robos posteriores al asesinato del taxista.
Ocurre que, al igual que su cómplice, este menor fue sobreseído luego de que se investigara su responsabilidad en el homicidio mencionado. Los fundamentos no fueron otros que la inimputabilidad de ambos, ya que cuando ocurrió el caso tenían 15 años.
Ayer, tras la nueva imputación, el fiscal Martínez Soto ordenó el traslado del aprehendido al Centro de Recepción de Menores de Batán. Ahora, la Justicia de Garantías deberá resolver nuevamente su situación procesal.

El homicidio del taxista

Rubén Cufré fue asesinado el 23 de septiembre de este año pasadas las 20 cuando conducía su taxi -un Chevrolet Corsa bajo la licencia 0456- luego de haber dejado a su familia en su vivienda del barrio Centenario. Tras reanudar la marcha, Cufré fue abordado por dos delincuentes en Tierra del Fuego y Alvarado y el intento de asalto terminó en una tragedia: uno de los menores abrió la puerta de su taxi y le disparó.
Cufré logró acelerar su automóvil pero a los pocos metros chocó contra un árbol y quedó desvanecido dentro del vehículo. Inmediatamente, el taxista fue trasladado en un patrullero al hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), donde finalmente murió.
A pocas horas de ocurrido el hecho, la Policía aprehendió al adolescente de 15 años que ahora es acusado por un nuevo hecho. En ese momento, tenía 15 años, por lo que fue sobreseído.
En suma, los efectivos detuvieron además a otro joven de 15 años que al presentarse ante el fiscal Carlos Russo reconoció ser el autor del disparo que mató al taxista. El joven dio su versión de los hechos y confesó su responsabilidad, aunque explicó que el tiro que mató a Cufré se le escapó mientras ambos forcejeaban.

“Es más de lo mismo: le
toman el pelo a la sociedad”

Valeria Cufré atiende el teléfono sorprendida. Son las 21.30 y dice que ya se está por ir a dormir porque al otro día debe trabajar temprano. Se entera por LA CAPITAL, entonces, que uno de los homicidas de su padre fue nuevamente acusado de un hecho delictivo de graves características.
“Sabemos que no tienen recuperación, más allá de la buena voluntad de la sociedad no tienen ganas: su vida es eso y evidentemente consideran que está bien”, dice resignada. Y agrega: “Cómo van a terminar ya se sabe; o muertos o adentro de una cárcel”.
Para Valeria Cufré, lo lógico sería que el menor que mató a su padre “quede detenido como corresponde”. Cuando la locutora se entera de que el sospechoso de haber asaltado a una familia que vive al lado de una comisaría debía cumplir un arresto domiciliario “nocturno”, muestra toda su indignación.
“Lo del arresto domiciliario es una joda: ahí es donde la sociedad siente que le toman el pelo”, subraya con furia. Y concluye: “Yo sé que no se lo puede juzgar por el asesinato de mi viejo, pero que alguien tome en cuenta los otros delitos que tiene en su haber para resguardo de la sociedad”.