Acusado de matar a un niño se presentó 12 años después y quedó sobreseído
El crimen de Alejandro Duarte, ocurrido en la peatonal San Martín el 31 de marzo de 2012, quedó impune. El señalado como el asesino estuvo 12 años prófugo. Esperó a que prescribiera la causa y se presentó. Fue sobreseido.
Alejandro Duarte.
A Matías Aranda lo señalaron la misma noche del 31 de marzo de 2012 de ser el asesino de Alejandro Duarte, un niño de solo 12 años que recibió un disparo en el pecho en la esquina más tradicional de Mar del Plata: San Luis y la Peatonal San Martín. Desde ese momento, Matías Aranda se transformó en un espectro y nadie más supo de él. Hubo recompensas, hubo alguna que otra intención de encontrarlo y una familia humilde, la de Duarte, que no cesó en pedir justicia. Sin embargo, la justicia se empecina muchas veces en no negarse a aparecer.
A mediados de este año, Aranda, por medio de un abogado, dio señales de vida, al presentar un escrito en el Juzgado de Garantías N°3 para solicitar que se lo desvincule definitivamente de la acusación. ¿Por qué? Porque, tal como dice el Código Procesal Penal argentino, después de 12 años para un hecho de homicidio el Estado no tiene derecho a perseguir a un acusado. Que el plazo se había superado y correspondía dar por prescripta la causa.
Finalmente, días atrás, la Justicia no tuvo más remedio que otorgar el sobreseimiento a Aranda al verificar que todos los requisitos se cumplían. Aranda, desde el 4 de noviembre pasado es un hombre libre de cargo. Tal vez de culpa no, pero de cargo, sin dudas.
El caso guarda similitud con el de Alejandro Salaberry, aquel hombre que durante 15 años se ocultó de la Justicia que lo buscaba por el asesinato del policía Cristian Agusti. Una tarde de 2019 Salaberry entró caminando al palacio de Tribunales para solicitar que se lo deje de perseguir y a pesar de los intentos de la familia de la víctima, el sobreseimiento fue concedido.
El crimen de Duarte se produjo la misma noche en que Mar del Plata celebraba la Falla Valenciana en la plaza Colón. A pocas cuadras de allí, cerca de las 22.30, Alejandro Duarte estaba con sus amigos en la Peatonal San Martín. Como todo chico de un barrio periférico, para él visitar el centro de Mar del Plata era una aventura y más si lo hacía en la compañía de aquellos con quienes se divertía. Pero lo que comenzó como un paseo, una caminata mirando vidrieras, ingresando a galerías, alguna que otra travesura, acabó en una tragedia irracional.
Matías Aranda.
De acuerdo a la investigación desarrollada en aquel momento por el fiscal Paulo Cubas y por la DDI Mar del Plata, además de la comisaría primera, algunos de quienes estaban con Alejandro Duarte tuvieron una pelea con otro grupo. Aquello se desencadenó en la puerta misma de uno de los locales de indumentaria deportiva, frente a la fuente. De un momento a otro, un joven que integraba el bando opuesto extrajo un arma de fuego y realizó al menos tres disparos. Un proyectil impactó directamente en el pecho del niño y le causó la muerte cuando era trasladado al Hospital Materno Infantil.
Diversas averiguaciones determinaron que el asesino era Aranda, que por entonces tenía 18 años y era otro de los tantos merodeadores nocturnos de la Peatonal San Martín. Aunque se tenían datos sobre dónde vivía, cómo era su familia, por donde solía moverse, nunca más se lo pudo localizar.
El tiempo pasó y el Estado intentó que alguien lo delatara al colocar una recompensa de hasta 150 mil pesos, una cifra que hoy resulta irrisoria, pero en aquellos años podía tentar a más de uno. Sin embargo, no hubo respuestas.
El 9 de abril de este año, el abogado Osvaldo Verdi, representante legal de Aranda, presentó el pedido de sobreseimiento ante la jueza de garantías N°3, Rosa Frende, que en principio lo rechazó. Esto obedeció a que primero debía certificarse que Aranda no hubiera cometido ningún delito, algo que es requisito fundamental para no interrumpir el plazo de prescripción. La fiscal Romina Díaz, ahora a cargo de la causa, también se opuso y la Cámara de Apelaciones lo confirmó, aunque con Marcelo Madina en disidencia. Ese voto dio lugar a que el abogado de Aranda pidiera una eximición de prisión que también fue denegada por Frende, pero finalmente concedida por la Cámara.
Ya sin orden de captura, Aranda esperó a que se confirmara que no había cometido ningún delito y el pasado 4 de noviembre, la Justicia, sin la oposición de la fiscal Díaz, aceptó que todas las condiciones estaban dadas.
Aranda quedó en libertad y a la muerte brutal de Alejandro Duarte nadie la pagó.