Las tecnologías y las plataformas digitales estaban ahí, pero en el contexto de la pandemia tuvieron un impulso que fue mucho más allá. Durante meses se convirtieron en la única forma de generar y acceder a contenidos culturales, artísticos y, al mismo tiempo, abrieron el debate sobre el rol de actores y actrices en esta nueva realidad.

La formación, la capacidad de adaptación, cómo aprovechar las nuevas oportunidades que surgen, la defensa de los derechos de los intérpretes, lo que cambió y lo que permanece inalterable, fueron los ejes del debate que integrantes de la Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes (Sagai), realizaron en el marco de una de las actividades especiales del 35° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Fue con la participación de Jorge Marrale, Tomás Fonzi, Mora Recalde, Silvina Acosta y Osvaldo Santoro.

“El tiempo sigue mostrando el valor intrínseco de la actuación” definió el actual presidente de Sagai, Jorge Marrale, quién diferenció el hecho comunicacional de sentimientos, sensaciones, que transmiten los artistas, del formato, el medio a través del cual se realiza.

No obstante esta cuestión que permanece inalterable, el grupo reconoció la capacidad y necesidad de “adaptarse y manejar las herramientas de la tecnología” para poder seguir actuando, a la vez que “reclamar nuestro derechos que no son reconocidos por las plataformas”, como señaló Osvaldo Santoro.

“Nuestro mensaje tiene que llegar y conmover pero no modifica la realidad. Solo la política la modifica. Los actores estamos para hacer tomar conciencia” sostuvo.

Y destacó el desafío de “esforzarnos en manejar las herramientas tecnológicas pero, al mismo tiempo estar actuando”.

En ese contexto, Mora Recalde apuntó que mientras realizaban con la Fundación Sagai una serie de cortos descubrieron “cómo es filmar y dirigir en este contexto difícil. Es absolutamente desgastante, agotador. Resolver vestuario, maquillaje, iluminación, encuadre y actuar, y bien, es mucho”.

En ese sentido reconoció que “todo eso es trabajo de técnicos que saben hacerlo. En estos contextos se obvían rubros que son muy necesarios, que no pueden faltar”.

Silvina Acosta, a su turno, apuntó la participación de Sagai en la discusión de la Ley de Economía del Conocimiento recientemente aprobada, teniendo en cuenta “la gran herramienta que es para la promoción de la industria, para tener más producción, para la promoción de presupuestos extranjeros y que podamos recuperar los que se ha achicado tanto en los los últimos 15 años, que es la producción de ficciones nuestras. Otros países que han fortalecido su industria de ficción lo han hecho a través de incentivos fiscales”. Y destacó que es un tema clave dado que “sin industria no tenemos interpretaciones que hacer”.

Recalde destacó que entre los pedidos de capacitación de actores y actrices, los más demandados son los que tienen que ver con herramientas audiovisuales -además de castings-.

“Nuestra formación clásica es en teatro, y en estos nuevos formatos se valoran pequeños gestos, respiraciones, miradas. Hay que entrenarnos” agregó. Y sostuvo que “creemos fervientemente que la tecnología genera más puestos de trabajo”.

Tomás Fonzi apuntó que “las tecnologías están hace trato. Ahora estamos enfrentados y obligados a ellas porque no hay alternativa pero son desafíos que vienen hace tiempo desde el diseño de producción”.

Y valoró que “antes necesitabas infraestructuras muy grandes, hace tiempo tenemos acceso a equipos que entran en una mochila y permiten una producción bastante digna y democratiza el acceso a la calidad. Pero la gran diferencia la hace el nivel de eso tan intangible que tiene que ver con la actuación y el contenido”.

“Cuando no había tanta técnica había más trabajo emocional de texto, del vínculo, de la mirada, de cómo se comunicaba, cómo nos acercábamos sin tanta tecnología. Deberíamos seguir sosteniendo eso desde el oficio y no dejarnos vencer por las herramientas que tienen más que ver con el juego que con la actuación”, volvió a enfatizar Marrale.

Actores y actrices coincidieron en la necesidad de que haya ficción nacional, porque “genera identidad” y reconocieron que la primera instancia de lucha hoy es que “la televisión vuelva a tenerla”, además del cumplimiento de “la cuota de exhibición de cine nacional”.

Además de reconocer la calidad y la construcción de narrativas “estupendas” en el exterior, también analizaron que “con nuestra estirpe, voluntad y sapiencia” argentina puede estar a la misma altura.

En ese contexto, otra instancia de reclamo tiene que ver con “regular derechos en todas las plataformas, para que todo lo que se está consumiendo en esta pandemia en plataformas podamos cobrarlo todos los que lo creamos”.

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