LINCOLNSHIRE, Inglaterra.- Una adolescente asesinó junto a su novio a su madre y a su hermana mientras dormían y luego la pareja se dio un baño para quitarse la sangre de las víctimas. Posteriormente, tuvieron relaciones sexuales y vieron cuatro películas de la saga Crepúsculo mientras tomaban helado.

El hecho ocurrió 2016 y conmocionó a la sociedad británica debido a la edad de los homicidas, de solo 14 años. En aquella ocasión Elizabeth Edwards, de 49 años, y su hija Katie, de 13, fueron asesinadas mientras dormían en su casa, pero por la edad de los asesinos la policía local reveló en las últimas horas sus identidades y los detalles del horroso crimen.

Los autores del hecho fueron Kim Edwards, hija mayor de una de las víctimas, y su novio Lucas Markham, según informó ‘The Daily Mail’.

El motivo de los asesinatos fueron los celos y rivalidades entre las hermanas. Según se publicó, durante los interrogatorios Kim expresó que su madre amaba más a su hermana menor. Además, la adolescente también le tenía “rencor” a su madre por golpearla en un parque cuando tenía 8 años.

La joven empezó a planear los asesinatos cansada de que la madre le cuestionara su “relación tóxica” con Lucas y luego de que le dijera que iba a terminar como su “desgraciado padre”, Peter Edwards, quien fue descrito en la corte como un “drogadicto abusivo”.

El horroso crimen

Si bien Kim fue la autora intelectual del asesinato, fue su novio quien apuñaló hasta la muerte a su madre y estranguló a su hermana.

Una vez perpetrado el crimen, ambos tenían planeado suicidarse, pero finalmente no lo hicieron.

Las siguientes 36 horas permanecieron en la casa y, tras bañarse para quitarse la sangre de la madre de Kim, se dieron un baño, tuvieron relaciones y vieron cuatro películas de la saga de vampiros Crepúsculo mientras tomaban helado y comían pasteles.

Los adolescentes fueron arrestados en el mismo domicilio y no mostraron ningún tipo de nervios o arrepentimiento en la detención. Contrariamente, la joven confesó que se había quitado de encima a su madre, el problema que la hacía sentir deprimida.

Ambos fueron declarados culpables del doble asesinato y recibieron cadena perpetua, con posibilidad de libertad condicional después de 17 años y medio.