por Sebastián Arana

No le sobra mucho en la tabla de promedios. Y hasta que no logre sumar como visitante, cada partido como local vale una enormidad. De momento, los puntos en el “José María Minella” son los que le permiten a Aldosivi sostenerse fuera de la zona de alerta roja.

Pero ayer dejó pasar una buena oportunidad de sacarle una diferencia a un rival directo, este rocoso Patronato de Paraná, que peleando por no descender está en la misma línea de River y Lanús en la tabla de posiciones.

Aldosivi, todavía, está en un proceso de búsqueda. De funcionamiento y, sobre todo, de los goles que se fueron con Cristian Chávez. Por distintos motivos, ayer ante Patronato las variantes fueron cuatro. La de Leandro Maciel por el lesionado Román Martínez supuso un cambio importante en el equipo. El mediocampista central llegado de Lanús es otro tipo de jugador. No tan fino, pero disciplinadísimo tácticamente. Permitió que Federico Gino se suelte un poco más y que los laterales ataquen con otro respaldo para proponer superioridad numérica por los costados.

La idea, por momentos, funcionó. Sobre todo en el cuarto de hora inicial del partido cuando Solís o Evangelista, con los apoyos de Bertoglio, montaron un tándem interesante. En otros no tanto. Patronato lo esperó con mucha gente en el fondo y lo hizo trabajar mucho.

A los frecuentes desbordes del principio, les faltó remate por el centro. Y, aún con su cautela, Patronato tuvo la más clara del primer tiempo, conjurada por el seguro Porcnjic, que le tapó todo el arco a Lautaro Comas en una llegada mano a mano.

Como ante Atlético Tucumán la fortuna pareció hacerle un guiño en el comienzo del segundo tiempo. Porcnjic tapó un cabezazo cruzado peligrosísimo y de la réplica llegó el gol de Rincón, cuyo remate se desvió en una pierna rival y descolocó a Matías Ibañez.

Hasta ahí lo interesante fue que, pese a las urgencias que planteaba uno de esos llamados partidos de “seis puntos”, Aldosivi lejos estuvo de lucir desesperado. En un fútbol histérico, que este fin de semana se ha devorado a otro entrenador -Juan Pablo Vojvoda, despedido por Huracán-, no es poco.

Y así se mantuvo durante un buen rato. Hasta la corajeada de Abalos que concluyó con un remate en el travesaño. Iban 35 minutos del segundo tiempo. Esa jugada fue un punto de inflexión en el partido. Ahí se fueron al “tacho” las formas, la tranquilidad y el equilibrio y Patronato sintió que podía.

El equipo entrerriano se desmelenó y durante esos diez minutos se percibió que el empate estaba al caer. Además de esa oportunidad de Abalos, Lautaro Comas tuvo una chance nítida con un zurdazo que cruzó todo el arco y hubo una doble mano de Evangelista y Verón ante un cabezazo de Abero. Hasta el empate de Tarragona, originado en una falta cerca del área que no fue. Faltaba apenas un minuto.

Ergo, cuando Patronato abandonó su pasividad, Aldosivi hizo agua. Eso fue lo más preocupante. Tanto como no haber despegado en la tabla de los promedios. Colón y Estudiantes están a una centésima. Patronato y Newell’s, ahí nomás. El duelo del próximo domingo a las 11 ante los rosarinos será una nueva final. A la que va con la obligación de traerse algo de afuera por primera vez en el certamen.