Por Marcelo Solari

No hacía falta más que ver las lágrimas de Patricio Piñero, la mirada fija, perdida en algún punto de El Quincho de Ezequiel Santiago Medina, la bronca contenida de Mauro Cerone, para darse cuenta de lo que pasaba. Y en ellos tres, de una u otra forma, reflejado el sentimiento de impotencia general de todo Unión. Del resto de los jugadores, del cuerpo técnico y toda la gente del “Celeste”. Que se había ilusionado con argumentos sólido de un equipo con el que resultó fácil identificarse.

Pero no. De pronto, en la previa todos los sueños se esfumaron porque Zárate Básket venció por 3 puntos (76-73) a Pergamino Básquet. Y automáticamente, ese resultado eliminaba a Unión por la combinación de resultados anteriores. Ya de nada servía el partido de “fondo”, en el cual el local enfrentaba a Estudiantes de La Plata. De pronto, el que estaba llamado a ser “el” partido, carecía absolutamente de sentido. Por la sencilla razón de que los dos animadores ya estaban eliminados en el Torneo Federal 2021.

¿Podía pasar? Por supuesto. Zárate es un muy buen equipo. El tema es el “cómo” pasó. Con una incidencia determinante de la tripleta arbitral (Guillermo Di Lernia, Florencia Benzer y Franco Ronconi) en el primer partido de la última jornada del cuadrangular, que perjudicó notoriamente a los pergaminenses, que de todas maneras también lograron clasificar. Y ahí cabe también hacer una revisión del sistema de competencia. En tren de evitar que la última jornada sea un mero trámite, en caso de que lleguen dos equipos ya clasificados y dos ya eliminados, se decidió enfrentar a ganadores y perdedores del primer día, en la segunda fecha. Con el riesgo de que en un partido de primer turno, un resultado determinado permita la clasificación de los dos que están en cancha y, por consiguiente, la eliminación de los que están esperando por jugar. Y ahí, entonces, son inevitables las suspicacias. Mucho más si de por medio existen fallos arbitrales tan cargados de polémica.

Está claro que, más allá del dolor por la eliminación, nada empañará la excelente campaña del conjunto de la calle 9 de Julio en esta edición del Federal.

La cuestión era ¿cómo salir a jugar el partido? Nadie quería hacerlo. El análisis profundo, por razones obvias, quedará para mejor oportunidad. Estuvo más emparentado con el corazón que con la razón. Con la desazón que con la estrategia. Había que jugarlo para completar el programa. Y los dos equipos lo hicieron con seriedad, pero sin la motivación correspondiente/necesaria.

Lo ganó Unión, por 91 a 84. Un premio consuelo que poco consuela, aunque por lo menos, algunos de los que tuvieron acotados sus minutos, pudieron jugar un poco más. Lo quebró el “Celeste” en el último cuarto, con un mejor trabajo defensivo y un gran protagonismo de Lucio Haag. Y el partido entregó también una arista emotiva con la unánime calidez para despedir a Juan Pablo Sartorelli, quien se retirará de la actividad.

Se entiende la impotencia que invadió a todo Unión. Siempre supo a qué y cómo jugar. Resurgió tras el golpe de la lesión de Agustín Villalón. Tuvo una identidad, una línea definida. Y demostró ser superior a casi todos sus rivales. Por lo realizado a lo largo de toda la temporada, el equipo merecía merecía tener la chance de ganar (o no) su clasificación en la cancha. Jugando por algo más que solo para cumplir con el fixture.

Síntesis

Unión (91): V. Burgos 15, A. Bualó, J.I. Varas 0, P. Piñero 14 y M. Cerone 11 (FI). J.I. Bellozas 13, V. Lofrano 2, T. Gómez Colloca 4, L. Haag 14, T. Quinteros, M. Carneglia 0, S. Silber 0. DT: Ezequiel Santiago Medina.

Estudiantes (LP) (84): J.P. Sartorelli 5, J.B. Pagella 2, J.P. Mazza 5, J.I. Bruno 18 y F. Vallejos 8 (FI). A. Yarza 19, M. García Barucco 3, M. Castro 12, T. Ambrogetti 7, M. Fabris 0, E. Fuentes Echauri 5. L. Vallejos 0. DT: Marcos Khalil Emilio.

Estadio: “El Quincho”, de Unión.
Arbitros: Carlos Herrera, Franco Anselmo y Franco Buscaglia.
Parciales: 26-26, 45-50 y 68-68.