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El Mundo 29 de enero de 2022

A 50 años del Domingo Sangriento, uno de los días más violentos del conflicto norirlandés

El 30 de enero de 1972, Londonderry/Derry fue escenario de la mayor protesta jamás celebrada en Irlanda del Norte, organizada por las asociaciones para la defensa de los derechos civiles de los católicos.

Imagen tomada el 2 de marzo de 1972, jóvenes católicos arrojan proyectiles en Londonderry (Derry) a soldados británicos durante una manifestación en protesta por el asesinato del 30 de enero del "Domingo Sangriento". Foto: Télam | AFP | Boni De Torout | Archivo.

Medio siglo después del “Bloody Sunday” (Domingo Sangriento), Irlanda del Norte se prepara para conmemorar uno de los días más sangrientos de las tres décadas de enfrentamientos entre católicos unionistas y protestantes republicanos, en medio de una tensión latente por la situación de la región tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).

El 30 de enero de 1972, paracaidistas británicos abrieron fuego contra una manifestación católica que se desarrollaba pacíficamente en la ciudad de Londonderry (Derry para los republicanos), en un hecho retratado e inmortalizado por la banda U2 en la canción “Sunday Bloody Sunday“.

En la masacre hubo 16 heridos y fallecieron 14 civiles, seis de los cuales tenían 17 años. Todos murieron por balas, la mayoría por la espalda, otros estando en el suelo, mientras agitaban un pañuelo blanco. Un herido, que murió unos meses después de un tumor, suele ser contemplado también entre las víctimas fatales.

Una primera investigación exoneró a los soldados al afirmar que los manifestantes habían sido infiltrados por paramilitares del Ejército Republicano Irlandés (IRA), brazo armado hoy inactivo que por entonces buscaba romper los vínculos con Londres y unirse a la República de Irlanda en el sur de la isla.

Tuvieron que pasar 38 años para que en 2010 el Gobierno británico reconociera que las víctimas no estaban armadas y que el Ejército había dado una versión errónea de los hechos para pedir unas disculpas formales a las familias de las víctimas que igualmente siguen hoy buscando justicia.

El conflicto en Irlanda del Norte había estallado cuatro años antes del Domingo Sangriento, en 1968, con otra represión a una manifestación pacífica a una congregación católica-republicana.

Comenzó ahí un espiral de violencia en aumento, con cada atentado contra los militares reivindicado por el IRA y la respuesta de los paramilitares protestantes mediante ataques a católicos.

Estas acciones impulsaron la construcción de muros divisorios entre las comunidades católicas y protestantes de cada una de las ciudades de Irlanda del Norte, muchos aún existentes, especialmente en Belfast.

El 30 de enero de 1972, pese a la prohibición del gobierno provincial británico, Londonderry/Derry fue escenario de la mayor protesta jamás celebrada en la región, organizada por las asociaciones para la defensa de los derechos civiles de los católicos.

Disparos, gritos y huidas

Miles de personas marcharon por las calles del barrio de Bogside con pancartas en las que exigían el fin del encarcelamiento sin juicio de activistas que abogaban por la reunificación de las Irlandas, hasta que poco después de las 16.30 los paracaidistas británicos del 1er. Batallón abrieron fuego.

La joven diputada Bernadette Devlin advirtió la situación y con su voz estridente, dio la orden de dispersarse: “Se subió a una silla, era muy pequeña, despeinada, con la boca abierta para gritar: ‘Stop, stop, go home (Paren, paren, vayan a sus casas)'”, de acuerdo a la crónica de la agencia de noticias AFP en aquel entonces.

La consigna fue distinta para los paracaidistas, quienes entraron a Bogside, donde ningún policía o soldado se había atrevido a caminar durante años, y en un laberinto de calles pequeñas y mal iluminadas estallaron los disparos, gritos y huidas, entre el frío y la niebla de gases lacrimógenos.

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La tragedia inspiró a artistas como Paul McCartney, John Lennon, Black Sabbath o el cineasta Paul Greengrass, pero fueron los irlandeses de U2 quienes lograron mejor que nadie crear imágenes y emociones de lo ocurrido con la letra de su tema.

Botellas rotas bajo los pies de niños/ Cuerpos esparcidos en un callejón sin salida/ Pero no voy a atender la llamada de las armas/ Me ponen entre la espada y la pared“, dice la banda en “Sunday Bloody Sunday”, un bastión del rock pacifista de la década del 80, incluida en su álbum “War” (1983), año en el que aún no se percibía una solución al conflicto norirlandés conocido en inglés como “The Troubles” (“Los Problemas”, en español).

Acuerdo de Viernes Santo

Esta luz se vio en 1998 cuando se firmó el Acuerdo de Viernes Santo entre Londres, Dublín y los partidos políticos norirlandeses, con la bendición del IRA, que crea un gobierno de coalición en la región compartido entre protestantes y católicos.

El año pasado volvieron a atizar las tensiones intercomunitarias: los efectos del Brexit y las controvertidas disposiciones aduaneras que imponen barreras entre la región y el resto del Reino Unido provocaron violentos disturbios en los que ardieron los “muros de la paz” que separan los barrios católicos de los protestantes.

En este contexto y al cumplirse 50 años, mañana habrá un homenaje a las víctimas en la localidad donde ocurrió la masacre.

Los familiares de los fallecidos reproducirán lo que fue el trayecto original de la marcha y además habrá un acto con oradores, música y una instalación de luces organizado con límite de aforo debido a las restricciones por la pandemia de coronavirus.

Télam.