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Deportes 10 de marzo de 2025

A 30 años de unos Juegos que pusieron a la ciudad en los ojos del continente

Fue una fiesta del deporte americano. Con atletas de primer nivel internacional, estadios colmados, grandes hitos deportivos y modernos escenarios que desde entonces disfrutan los marplatenses.

Treinta años atrás, se iniciaban aquí los Juegos Panamericanos Mar del Plata 1995, uno de los grandes hitos deportivos en la historia de esta ciudad.

El 11 de marzo de 1995 comenzó una verdadera fiesta deportiva pero también social y cultural, que movilizó como pocas veces a Mar del Plata.

La ciudad parecía mirar de reojo a los Juegos durante la previa, aún cuando desde su confirmación comenzaron a levantarse grandes escenarios y a renovar íntegramente otros históricos dentro del Parque Municipal de los Deportes.

Pero desde el 11 de marzo los marplatenses le dieron un colorido increíble a aquellos Juegos. La ceremonia inaugural, a estadio completo en el Minella, tuvo en el palco central, entre otros, al por entonces presidente Carlos Menem y a Pelé, una de las grandes glorias de la historia del fútbol. Y a miles de marplatenses que colmaron las tribunas para ver una cálida fiesta y a un emblema de la ciudad como Nora Vega (que días después sería campeona panamericana en su casa) encendiendo el pebetero para dar inicio a los Juegos.

Fueron unos Juegos majestuosos, con estadios llenos para todas las disciplinas.

Con 34 deportes que eran récord por entonces (recién superado en Santiago 2023 con 37); con 42 países representados (también alcanzando una marca que nunca fue superada) y 5.144 atletas (por primera vez se superaba la barrera de 5000) los Panamericanos Mar del Plata 1995 fueron un verdadero suceso.

Más para una Argentina que batió varias marcas que hoy se mantienen vigentes. Obviamente, por ser local, tuvo la mayor representación en la historia de los Juegos con 703 atletas.

Pero también fue la vez que más medallas ganó con un total de 159, incluso por encima de Buenos Aires 1951, la primera edición de los Juegos, cuando Argentina cosechó 154 preseas.

La delegación local terminó cuarta en el medallero final de 1995, algo que estuvo lejos de igualarse en las 7 ediciones siguientes de los Panamericanos. Cabe señalar que Argentina había sido primera en Buenos Aires 1951, con apenas 22 países y 18 deportes en competencia.

Los Panamericanos del 95 se vivieron a pleno en Mar del Plata pero también otras ciudades disfrutaron como subsedes del evento. En Capital Federal hubo actividad de badminton, béisbol, bowling, equitación, handball, karate, pelota, racquetball y tiro; en Santa Fe esquí náutico, en Necochea y Tandil fútbol; en Paraná softbol y en Miramar mountain bike.

Entre los logros deportivos que marcaron los Juegos se destacaron las dos medallas doradas de Nora Vega, el arrasador desempeño argentino en los deportes colectivos. Argentina fue campeón en básquetbol (con Marcelo Milanesio, Juan Espil, Rubén Wolkowyski, Diego Osella, Esteban De la Fuente, Fabricio Oberto y Diego Maggi, entre otros); fútbol (un equipo que reunió a Javier Zanetti, Roberto Ayala, Juan Pablo Sorín, Marcelo Gallardo, Ariel Ortega, Guillermo Barros Schelotto y Hernán Crespo); hockey femenino (Magdalena Aicega, Karina Masotta Vanina Oneto eran las figuras de una selección que todavía no era conocida como Las Leonas) y masculino (Jorge Lombi, Pablo Lombi, Gabriel Minadeo y Carlos Retegui); hockey sobre patines; tenis (con la marplatense Betina Fulco como integrante del equipo femenino) y vóleibol masculino (Javier Weber, Marcos Milinkovic y Jorge Elgueta, entre otros).

A Mar del Plata, más allá del recuerdo de cada uno de los que disfrutó de los juegos como deportista, voluntario o trabajando en cualquiera de los rubros, le quedaron obras increíbles.

Se levantaron a nuevo el Polideportivo Islas Malvinas, el estadio de hockey y el natatorio y se modernizaron con profundas reformas el velódromo, la pista de atletismo y el patinódromo. El estadio José María Minella, levantado para el Mundial 1978, también se vio mejorado para la ocasión.

Este martes se cumplen 30 años de aquella inauguración. Y es difícil evitar la nostalgia.