A 20 años de la masacre de Columbine, la polémica continúa por la venta de armas
El 20 de abril de 1999, Eric Harris (de 18 años) y Dylan Klebold (17) asesinaron a 12 estudiantes y un maestro. Luego de la masacre en Colorado hubo una ola de matanzas con similares características.
Un oficial de seguridad de las Escuelas del Condado de Jefferson monta guardia en la entrada de Columbine High School. Foto: Télam | AFP-
La matanza de 12 estudiantes y un maestro en el Instituto Columbine, perpetrada por dos estudiantes que luego se suicidaron, conmocionó hace 20 años a Estados Unidos y abrió una polémica sobre la venta de armas que continúa en la actualidad en ese país.
Los diarios describieron la masacre del 20 de abril de 1999 como “el tiroteo más mortífero (sucedido) en una escuela secundaria en toda la historia” de la Unión.
En aquellos días, el recordado actor Charlton Heston, presidente de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), decía que aquellos que quisieran quitarle sus armas tendrían que hacerlo de su “fría y muerta” mano.
La NRA defiende que cada estadounidense tenga el derecho de adquirir y portar armas de fuego, según lo garantiza la Segunda Enmienda de la constitución.
La matanza ocurrió cerca del mediodía en el Instituto Columbine, ubicado en un pequeño pueblo de Littleton, en el Estado de Colorado, cuando los estudiantes Eric Harris (de 18 años) y Dylan Klebold (17) empezaron a disparar a mansalva contra sus compañeros.
Harris y Klebold, quienes habían planeado el ataque durante varios meses, usaron sobretodos para ocultar sus armas: TEC-9 semiautomática, rifles 9 milímetros y dos escopetas; además de municiones y granadas.
Primero fueron a la biblioteca y mataron a 10 personas; luego, sin detenerse, entraron en la cafetería donde había unas 500 personas.
En menos de 20 minutos murieron 12 estudiantes y un profesor. Además, hirieron a otras 27 personas (tres de las cuales trataban de escapar), y finalmente los agresores se suicidaron.
Las autoridades encontraron luego dos bombas de propano en la cafetería del establecimiento. Si hubieran detonado, el número de víctimas habría sido más alto, dijeron las autoridades.
Luego de la masacre de Columbine hubo una ola de matanzas con similares características: Virginia Tech University (33 muertos), sucedida el 16 de abril de 2007; Sandy Hook, el 14 de diciembre de 2012 (28); Park Land (17), el 14 de febrero de 2018 (17) y Santa Fe, Texas, 18 de mayo del mismo año (10), entre otras.
Estos hechos provocaron una ardua polémica sobre la venta de armas. Durante el gobierno del republicano Donald Trump se prohibió el denominado sistema “Bump stocks”, un dispositivo que convierten las armas semiautomática y en automáticas.
También se pusieron en marcha algunas medidas de seguridad en las escuelas: simulacros de cierre y la instalación de detectores de metales.
Sue, la madre de Dylan Klebold, dijo que tras la masacre el primer impulso fue culpar a Harris porque pensó que le había lavado el cerebro a su hijo o que lo había obligado de alguna otra manera a perpetrar los crímenses.
“Creo que Dylan padecía de algún trastorno del estado de ánimo”, dijo durante una entrevista realizada en 2016 con el portal de noticias español Eldiario.es.
En sus memorias, llamadas “El juicio de una madre”, Sue señala que “la descripción más amable que los medios de comunicación hicieron de nosotros (los padres de los asesinos) fue que éramos unos inútiles”.
En su libro asegura que daría la vida por recuperar “la de uno de los chicos que mató su hijo”. Sin embargo no acepta la opinión generalizada de que Eric era un “monstruo”.
Hubo otros artistas que quedaron conmovidos por esta masacre, que abrió profundas heridas en la sociedad estadounidense, como el cineasta Michael Moore.
En su documental,”Bowling for Columbine”, que en 2002 ganó el Oscar de la Academia de arte y ciencias cinematográficas de Hollywood, Moore expresa sus argumentos en favor del control de armas en Estados Unidos.
Pero también manifiesta una profunda critica sobre la sociedad de ese país. “¿Por qué somos así (los estadounidenses)?”, se pregunta.
Otros también quisieron investigar la tragedia de Littleton, como el periodista David Cullen quien escribió el libro “Columbine: la verdadera historia del crimen”, donde analiza la personalidad de los agresores.
“Eric mató por dos razones: para demostrar su superioridad y para gozar con eso”, dice Cullen, según un artículo publicado hace diez años por el diario estadounidense The Christian Science Monitor.