a obra se llevó a cabo en un pueblo que desde hace más de 20 años pedía una escuela.

Siguiendo el modelo de las Navetierra ideado por Michael Reynolds, se construyó durante el mes de febrero, en Jaureguiberry, departamento de Canelones, Uruguay, una escuela sustentable.
Del proceso, que estuvo liderado por el propio Reynolds, participó el ingeniero marplatense Juan Pilotta, quién se ocupó de las cuestiones vinculadas a las fuentes de energía del establecimiento y de otras partes constructivas sobre las que le interesaba profundizar conocimientos.
Pilotta dará hoy una charla en la que contará la experiencia y de la que participarán, vía Skype, algunos de los responsables de la iniciativa en Jaureguiberry.
El encuentro será a las 19, en el salón del Automóvil Club Argentino, de Colón 2450.
“Fue una experiencia hermosa. Jaureguiberry es un pueblo de 500 habitantes que desde hace más de 20 años pedía una escuela, porque funcionaba en una casa prestada. Surgió una ONG -Tagma- que propuso hacerla con las técnicas de Reynolds, se contactó con el gobierno, consiguieron fondos, avales, donaciones, se adaptó el diseño para que funcione y fue bárbaro porque se construyó el establecimiento de 270 metros cuadrados, con tres aulas en un mes” relató Pilotta.
“Es una escuela, tiene que ser super segura y confortable, la gente de Uruguay va a contar como convencieron al gobierno, a las empresas, para llevar adelante este proyecto y también que, ahora, dicen que se triplicó la matrícula”.
Durante el proceso de construcción, estuvieron en el lugar la vicepresidente de Uruguay y la ministra de Cultura.
“El tema de la construcción natural está más instalado en Uruguay” reflexionó Pilotta, aclarando que “no se trata de ranchos ni de una ‘una locura hippie’, la casa de barro no se derrite, se iguala a una construcción precaria y no lo es. Se rescatan saberes ancestrales y son adaptados con nuevas tecnologías, es una combinación buenísima”.