“Yo sostengo que nadie escribe sobre lo que no conoce”, dijo la actriz Mónica Salvador, autora de “Hay que darle el gusto a mamá”, obra que sube a escena todos los lunes en el Teatro Victoria (Rivadavia 2380).

Judith Gabbani, Eduardo Sola y Carlos Kaspar, con la misma Salvador en el escenario integran el elenco, que busca desentrañar las complejas tramas que envuelven la relación entre una madre y sus dos hijas.

Una de las hijas parece construida a imagen y semejanza de la madre, una gran diva del cine; la otra, en tanto, busca su camino entre las opiniones de esta misma madre que no reconoce sus diferencias ni valora sus logros.

Uno de los momentos de la obra, que sube a escena en el Teatro Victoria.

Con elementos del grotesco, “Hay que darle el gusto a mamá” es una comedia dramática cuya trama está asentada en el tema los mandatos. “¿Cuántas cosas hacemos para contentar a nuestros padres”, se pregunta Salvador en charla con LA CAPITAL.

“La madre siempre espera algo de nosotros, siempre espera y cuando tiene más de un hijo suele ser uno el que le da más el gusto que el otro. Pero llega un momento en que crecés y empezás a evaluar qué hice por influencia de lo que querían mis padres y qué quiero hacer realmente”, indicó la actriz, que no es la primera vez que monta sus espectáculos en el verano teatral marplatense.

Otras temporadas desembarcó con el unipersonal de humor “Como tener sexo toda la vida con la misma persona” y “La última vez”, una obra sobre violencia de género que realizó junto a Alejandro Fiore con gran éxito y compromiso con la temática.

Ahora, en “Hay que darle el gusto a mamá”, explora con humor las relaciones familiares. “Nos reímos, la obra tiene un humor ácido, discriminatorio, porque Sofía del Mar es una madre estrella de cine nacional e internacional. Es una figura reconocida mundialmente por su trabajo de artista, es una diva de otras épocas”, destacó.

“Le sale una hija bella y hermosa, que sigue los pasos en su carrera y le sale otra hija con otros valores que, según desde donde se lo mire, pueden llegar a ser más profundos”, observó la actriz, quien dotó al guion, a su vez, de un giro emotivo.

La madre cita a las hijas y a su eterno asistente a su casa en la montaña para darle a la familia una noticia que cambiará para siempre la historia. “Es la misma noticia que alguna vez escuché de mi madre, a mis 18 años. Yo sostengo que nadie escribe sobre lo que no conoce”, agregó.

Y admitió que los elementos autobiográficos rodean las obras que escribe. “No puedo sacar de mi piel esa experiencia y siempre pongo algo cercano de mi y eso crea empatía, termina creando empatía más allá de que uno le agrega fantasía”, dijo.

Salvador contó que sintió miedo antes de estrenar la pieza. “Soy fuerte escribiendo, son intensas mis obras. Cuando hice la obra sobre violencia de género vino a verme un conductor de televisión y me dijo ‘No sé si recomendarla, es una patada en el estómago’. Y qué podía contar, se fue sintiendo lo que tenía que sentir”.

En esta pieza de humor y emoción retoma sus dilemas familiares pero a través de una puesta en escena siempre cómica y por momento absurda. “Mi mamá no me dejaba estudiar teatro, empecé después de que ella falleció e hice terapia. Para mi ser actriz es como un contramandato”.