Botan el pesquero “Leonilda”, el buque 150 de Astillero Contessi
La ceremonia será hoy a las 10. El barco tiene 20,95 metros de eslora y 7,5 metros de manga. “Nos genera emoción y entusiasmo”, aseguró Domingo Contessi, el presidente de la firma. También alertó sobre la falta de competitividad en el sector y pidió más diálogo con el Gobierno.
"Leonilda" cuenta con tecnología de última generación
En una ceremonia que se prevé cargada de emotividad, el Astillero Naval Federico Contessi botará hoy, a las 10, el buque “Leonilda”, el 150 en la historia de la empresa.
El nombre de la embarcación busca honrar a Leonilda Novelli de Contessi, esposa de Federico, un pilar de la familia y de la empresa. Sus bisnietas Elena Angeleri, Olivia Eilskov Glaser, Emilia Goñi, Inés Angeleri y Delfina Gil Goñi serán las madrinas de la nueva nave.
“La botadura nos genera emoción y entusiasmo. Se da en un momento especial porque 150 barcos es un número redondo. Coincide también con el mismo aniversario de la ciudad. El buque lleva el nombre de mi madre, de la esposa de Federico. Tenemos mucha expectativa”, aseguró Domingo Contessi, el presidente del astillero, en diálogo con LA CAPITAL.
La construcción de “Leonilda” llevó menos de un año. Se trata de un barco costero, con 20,95 metros de eslora, 7,5 metros de manga y una velocidad de hasta 10 nudos. Es el segundo de una serie. El primero fue el “Espartano”, botado en enero de 2020, que tiene el récord de capturas de langostino de toda la flota nacional en el último tiempo, superando incluso a embarcaciones mucho más grandes.
La nave operará en el puerto de Rawson, con una tecnología de última generación, ya que cuenta con proa invertida y doble cubierta. Esto permite trabajar con mayor comodidad.
Esta será la cuarta botadura de Contessi en lo que va de 2024. Se dará en medio de un contexto de emotividad y de orgullo para la empresa, que lleva 75 años de historia.
“Hemos logrado sobrevivir durante muchos años. Nuestro mérito es habernos mantenido trabajando en forma ininterrumpida en un país que le dio la espalda a la industria naval históricamente. Hoy quedamos unos pocos astilleros”, graficó Contessi.
En la misma línea, ponderó el impacto de la firma en el desarrollo de las pymes locales. “Más allá de haber hecho tantos barcos y forjado una empresa, la real importancia del Astillero Contessi para Mar del Plata es la posibilidad que le dio a muchísimos pescadores de formar su propia empresa”, analizó.
Contessi recordó el legado de su padre, su “voluntad” y su “obsesión” por seguir trabajando en todo momento. “Eso lo llevó a construir barcos en stock, a autofinanciar sus obras. Durante muchos años hemos financiado barcos a pescadores en 40, 80 u 84 meses de plazo. Con recursos propios, muy limitados, pero eso le permitió a las pymes desarrollarse”, apuntó.
Y resaltó: “Por eso decimos con orgullo que los primeros barcos de las grandes empresas pesqueras de la ciudad los hicimos y los financiamos nosotros. Muchas pymes que forman el clúster pesquero de Argentina y Mar del Plata crecieron y se desarrollaron gracias a la visión de Federico, con la continuidad laboral y la confianza que generó el astillero en la pesca. Ese es el principal legado”.
Balance
Más allá de la carga emotiva por la nueva botadura, ha sido un año difícil para la industria naval ante la falta de un dólar competitivo y las dilaciones para renovar las cuotas de captura de la merluza hubbsi, algo que se terminó concretando el jueves pasado. El 2024 mostró un escenario de caída en el volumen de trabajo.
“Con seis barcos en construcción, uno puede pensar que es un buen momento. Pero yo analizo otra cosa, la película. Con los últimos dos barcos, desocupamos gradas y todavía no pudimos ocuparlas nuevamente. No estamos pudiendo darle continuidad a esa rueda”, explicó Contessi.
La principal demanda gira en torno a la situación del dólar. “Después de la devaluación de enero, hemos tenido un proceso de apreciación de la moneda que implica pérdida de competitividad. Trabajar con esa lógica para una industria como la nuestra no es nada fácil. Nos complica para presupuestar y contratar”, describió Contessi.
El empresario sostuvo que la pesca es un sector netamente exportador, ya que vende al exterior el 95% de lo que se captura. En ese esquema, si los clientes no tienen rentabilidad porque el valor del dólar no es competitivo, hay menos barcos para construir.
“Nadie compra para hacer una tarea que no es rentable o para perder plata. Tenemos muchos clientes que se dieron de baja o están en ‘stand by’ por la baja rentabilidad”, resaltó.
A ello se sumaron las dilaciones durante el año para renovar las cuotas de captura de la merluza. Esto ocasionó falta de seguridad jurídica, pero finalmente hubo, en líneas generales, un desenlace favorable para el sector.
“La reciente renovación de las cuotas de merluza por 15 años es una excelente noticia que agradecemos al Consejo Federal Pesquero y a las autoridades nacionales, porque le devuelve previsibilidad a la pesca en general”, dijo Contessi.
Aunque alertó: “Para el sector fresquero esta era una condición necesaria, pero no suficiente para reactivar las inversiones. Sin rentabilidad es difícil que se siga renovando la flota fresquera de Mar del Plata. El aumento del Derecho Único de Extracción agrava esa situación. Revertir esto será un trabajo complejo, donde todas las partes (autoridades nacionales y provinciales, sindicatos y prestadores de servicios) deberán ceder un poco”.
Por eso, Contessi pidió más diálogo con el Gobierno nacional para hacer una discusión integral sobre las condiciones del sector.
“La situación puede mejorar, con desregulaciones, con desburocratización, con medidas que nos permitan recuperar competitividad. Se apoya el esfuerzo que está haciendo el Gobierno por ordenar la macroeconomía. Pero necesitamos diálogo para que se entienda cómo recuperar rentabilidad y cómo es hoy la realidad de la pesca fresquera”, sentenció.