Por Ramiro Melucci

La alianza pétrea que forjaron Guillermo Montenegro y Maximiliano Abad brinda cada semana señales inocultables de desgaste en el Concejo Deliberante. Proyectos que un bloque defiende y el otro calla. Iniciativas que unos buscan apurar y otros ralentizan. Desconfianza, enojos, reproches y muestras de hartazgo son situaciones cotidianas del otro lado de las paredes del recinto, donde el PRO y la UCR son un matrimonio que se desgasta a ritmo acelerado, pero todavía logra vivir bajo un mismo techo.

A ese último detalle, que no es menor en una sociedad política, se aferra el Gobierno municipal para minimizar todo el griterío de fondo: la mayoría oficialista aún funciona y los proyectos del Ejecutivo, unos días antes o después, se aprueban. Tal circunstancia no impide el deterioro de las relaciones entre los socios, agotados de simular una convivencia armónica.

Un mensaje de cinco palabras redactado el miércoles a la tarde por el presidente del bloque de Montenegro, Agustín Neme, condensó el momento que atraviesa el interbloque que el PRO conforma con el radicalismo y la Coalición Cívica. “Avanza lo que ellos quieren”, lanzó el edil en la red social X. Cerró su posteo con un guiño a la formación de otra alianza. “Fin”, escribió en línea con el estilo libertario.

El mensaje de Neme tenía como principal destinatario al bloque de la UCR, pero expuso una queja a la decisión oficial de permitir, en ciertas discusiones, que la balanza se incline hacia la postura radical. Lo concreto es que Neme no toleró que un día antes, en la comisión de Obras, el radicalismo le haya puesto el freno de mano al pliego de la publicidad en el mobiliario urbano. La decisión, que el PRO y la Coalición Cívica se resignaron a acompañar, llevó al jefe del bloque oficialista a comunicar que no cuenten con él para seguir llevando adelante el proceso legislativo de ese expediente y tal vez de ningún otro. “Que conduzca la UCR”, estalló.

La película continuó al día siguiente, con una escena protagonizada por La Libertad Avanza. Aunque el secretario de Turismo, Ambiente y Deporte, Daniel Scioli, y el concejal Emiliano Recalt ya habían celebrado la posibilidad de que el estadio José Maria Minella recibiera aportes privados mediante una licitación, la bancada libertaria (que conforma Recalt con la presidenta del bloque, Cecilia Martínez) tomó la decisión de abstenerse en las comisiones internas del Concejo. La comunicó en la de Deportes, presidida por el radical Ricardo Liceaga Viñas.

Emiliano Recalt y Cecilia Martínez, de La Libertad Avanza.

“No sabemos cuál es la verdadera intención del oficialismo”, embistió Martínez. La frase estaba directamente relacionada con lo que había ocurrido el día anterior en Obras, es decir, con lo que el bloque libertario considera “los desmanejos” del interbloque oficialista. “Primero nos piden una cosa, trabajamos para que salga con todos los bloques, y después hacen otra”, facturó.

De paso, el desorden oficialista les sirvió de excusa para tomar distancia de una licitación que puede terminar en manos de enemigos políticos de Javier Milei. La hipótesis se desprende de los puntos que sumarán en la licitación aquellas empresas que firmen un convenio con la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), el reino de Claudio “Chiqui” Tapia.

No votar ni a favor ni en contra, sino abstenerse, les permite hacer equilibrio entre ese posible desenlace indeseado y la concepción ideológica, favorable a que el Minella quede en manos privadas para su puesta en valor después de largos años de decadencia.

Los cortocircuitos del PRO y la UCR en el Concejo no son nuevos, pero ahora llegan acicateados por La Libertad Avanza, futuro de socio electoral del partido amarillo si no sucede nada extraño. “Parece que, tarde o temprano, como en la música, los cantores se juntan por la tonada. Como diría Milei, el principio de revelación siempre llega. Casi como el escorpión y la rana. Y ya sabemos cómo terminó la historia”, posteó Recalt. Para atizar la interna del oficialismo local, los libertarios agregaron por lo bajo que con el PRO ya “juegan de memoria” en el Concejo.

El capítulo forma parte de una novela mucho más extensa, provista de episodios similares pero poco conocidos y cuyo antecedente inmediato es la pelea de Daniel Núñez (UCR) y Guillermo Volponi (UCR) como consecuencia de la desviación de un debate por los méritos o deméritos del expresidente Raúl Alfonsín.

Los cortocircuitos del PRO y la UCR en el Concejo no son nuevos, pero ahora llegan acicateados por La Libertad Avanza, futuro de socio electoral del partido amarillo si no ocurre nada extraño.

Todo sucede en un contexto en el que Montenegro va confluyendo con las fuerzas del cielo. Formó parte de la reunión de la mesa del PRO, presidida por Mauricio Macri, que anunció que el partido no iba a dar quórum para limitarles los DNU a Milei. Alentó una vez más la baja de la edad de imputabilidad, en línea con el proyecto que enviaron en julio al Congreso la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el de Justicia, Mariano Cúneo Libarona. Organiza el Festival Internacional de Cine en conjunto con el Gobierno nacional. Y demora una alusión al reclamo del sector pesquero para que se asignen las cuotas de captura de merluza común.

Recién después de que Horacio Taccone, de Acción Marplatense, pusiera en evidencia el silencio oficial, el secretario de Desarrollo Local e Inversiones, Fernando Muro, se reunirá esta semana con el sector.

Montenegro ahora lo piensa dos veces cuando debe referirse a la administración de Milei. En cambio, no necesita un segundo para incitar la confrontación con el gobernador Axel Kicillof. “Devuelvan Mogotes”, reclamó tras el pedido de la Provincia para que la causa por la jurisdicción del complejo de balnearios pase al Departamento Judicial de La Plata.

La foto de la mesa nacional del PRO con el intendente y Macri.

La agenda tiene otros asuntos pendientes. Aunque el intendente ganó lugar en los medios nacionales con la referencia a la imputabilidad de los menores, la inseguridad no da tregua. Montenegro lo asume y por eso dedica gran parte de su comunicación a mostrar operativos exitosos. También avanza con la incorporación de armas no letales para el personal municipal, la puesta a punto de nuevas camionetas y la plataforma multiagencia, destinada a centralizar las demandas en materia de seguridad, salud y defensa civil.

Mientras, el secretario de Legal, Técnica y Hacienda, Mauro Martinelli, se sentó en la reapertura de la paritaria con el secretario general de los municipales, Daniel Zacarías, con dos premisas: no endeudar al municipio y pagar solo lo que se puede pagar. Hubo dos encuentros y esta semana habría un ofrecimiento formal de recomposición salarial. Ninguna de las dos partes desea otro conflicto de cuatro meses, pero tampoco ninguna está en condiciones de aventurar hoy un rápido acuerdo.

Raverta posó con Cristina Fernández un día antes del fallo en la causa Vialidad.

Tras la imagen de Montenegro con Macri, la otra foto de la semana la aportó Fernanda Raverta. Posó con Cristina Fernández de Kirchner un día antes de que la Cámara Federal de Casación Penal condenara a la expresidenta a seis años de prisión por administración fraudulenta en la causa Vialidad. En el extenso epígrafe estampó otro anticipo de su regreso: “Debemos pensar cómo volvemos a interpretar las demandas de nuestros compatriotas. Cómo volvemos a representar los intereses de los trabajadores, los niños, los jubilados, los profesionales”.

La campaña insinúa su silueta a pesar de que todavía faltan decisiones fundamentales para saber el formato de la competencia. La eliminación o no de las PASO, la opción de que Kicillof desdoble las elecciones provinciales y el dilema de las reelecciones indefinidas le tienden a las legislativas del año próximo un grueso manto de incertidumbre. Pero el tiempo de las definiciones se acerca.